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La displasia de cadera es una de las dificultades de movilidad más comunes en perros, sobretodo los de gran tamaño. En Ortocanis, trabajamos cada día para ampliar y mejorar nuestra gama de productos destinados a este tipo de problemas, y creemos que toda información adicional es buena. aquí os dejamos otro interesante artículo.

En la Universidad de León se ha desarrollado un método radiográfico para el diagnóstico precoz de esta enfermedad con gran repercusión emocional para propietarios.

La displasia de cadera es una enfermedad muy común en las razas caninas grandes y gigantes, que consiste en un desarrollo defectuoso de esta articulación.

En ella, los dos huesos que forman la articulación, fémur y pelvis, no se adaptan correctamente debido a diferentes desequilibrios biomecánicos producidos durante el crecimiento del animal. Se trata de una enfermedad hereditaria, por lo que la principal solución para erradicarla es evitando la cría de estos animales, aunque también es importante que se controlen factores como la nutrición, el peso o el sobreesfuerzo del cachorro durante su crecimiento así como la consanguinidad en la cría selectiva.

Los síntomas que presentan los animales varían según la gravedad de la displasia, desde una cojera leve hasta la total incapacidad del animal para realizar una vida normal.

El diagnóstico de esta enfermedad no es sencillo, ya que no existe ningún método que la permita determinar en todos los casos. El método aceptado en España a efectos de certificado es el radiográfico, aunque tiene como inconveniente que se debe realizar cuando el crecimiento ha finalizado, es decir, a partir de los doce meses para la mayoría de las razas.

Con el diagnóstico precoz se puede evitar su transmisión

En la Tesis Doctoral de Beatriz Melo Alonso, defendida en la Universidad de León y dirigida por los doctores José Manuel Gonzalo Orden y Mario Manuel Dinis, se ha investigado la displasia de cadera en una de nuestras razas autóctonas: el Perdiguero de Burgos.
El resultado de esta investigación ha sido preocupante, ya que el 59,3% de los animales estudiados padece displasia de cadera en sus diferentes grados, con un 18,6% de displasia grave. Este elevado porcentaje debe alertar a las asociaciones del Perdiguero de Burgos para intentar erradicarla.

Diagnóstico precoz

El inconveniente es que la técnica diagnóstica citada es muy tardía, y por lo tanto, con gran repercusión emocional en propietarios.
Por esto, otra parte de la investigación ha consistido en el perfeccionamiento, para esta raza, de una nueva técnica diagnóstica desarrollada en Estados Unidos llamada método PennHIP o en distracción, que consiste en realizar una radiografía específica y efectuar una medida en ella denominada índice de distracción.

Este estudio ha concluido que con el método PennHIP se puede predecir esta enfermedad a partir de los cuatro meses de edad, y durante todo el crecimiento del animal, con la misma fiabilidad, en el Perdiguero, e incluso se ha conseguido enunciar una fórmula con la cual se sabrá el grado de displasia de cadera que tendrá en el futuro a partir del índice de distracción que presente a los cuatro meses. Con este sistema se podría reducir  esta enfermedad que tanta repercusión tiene, tanto en el propio animal, como en los propietarios.

Fuente: Universidad de León

Probablemente una de las enfermedades más comunes en perros grandes, aquí nos explican de qué se trata.

La Displasia de Cadera es la enfermedad osteoarticular más frecuente en perros, es  una enfermedad típica de perros de razas grandes y medianas, menos frecuente en razas pequeñas.

Se presenta con una mala congruencia de la cavidad acetabular (cadera) con las cabezas femorales que pueden aparecer luxadas o sub luxadas, es decir, fuera de su lugar natural. La cabeza del fémur al no tener un buen recubrimiento “baila” y esto produce estrés, inflama y debilita la articulación y los tejidos periarticulares.

Es muy frecuente que aparezcan cambios degenerativos de Osteoartrosis. La osteoratrosis que aparece debido a la displasia causará los problemas de inflamación, dolor, que a su vez harán que el perro cargue más peso en las manos, menos en los posteriores y por lo tanto use menos los posteriores y aparezca una clara atrofia muscular en el tercio posterior que agravará los síntomas.

Los síntomas varían un poco dependiendo de la raza y sobretodo de la edad del perro, debemos pensar que para el diagnóstico se realiza una radiografía en distracción, es decir con el perro tumbado hacia arriba y tracción simétrica en los miembros posteriores, normalmente con el perro anestesiado o muy sedado, pero no siempre los síntomas guardan correlación con el resultado de la radiografía.

A veces observamos perros con mucha displasia y que presenta poco dolor o incluso nada y también el caso contrario, mucho dolor con un resultado en la exploración radiológica que no es tan malo. El dolor depende más de la inflamación de la articulación (sinovitis) entre otros factores que de la displasia en si.

A partir de los 5 o 6 meses, empiezan los signos de alerta, el perro se para mal (saca una pierna hacia fuera), tiene dificultad para mantenerse en pie, no carga peso en los posteriores, pueden tener signos de dolor después del ejercicio, resbalar, caerse, cambiar el humor de forma súbita, volverse más agresivos, rehuir la presencia del propietario cuando acariciarle y presentar la marcha típica del perro con displasia que es el balanceo de la parte posterior y la carrera como un conejo. A veces al final del crecimiento los síntomas desaparecen o se minimizan mucho, quedando como único signo claro la marcha en balanceo.

La displasia de cadera tiene claros índices de heredabilidad, aunque muchas veces los perros son portadores pero no desarrollan displasia de cadera, no están claros todos los factores tanto ambientales como el desarrollo rápido y la nutrición como genéticos ni sus mecanismos de acción y podemos ver hijos con displasia de cadera de padres normales e incluso viceversa, aunque no es muy ético hacer criar a padres enfermos.

El exceso de peso, una dieta no variada donde los perros puedan escoger son factores que han demostrado que aumentan las posibilidades de padecer la enfermedad. El periodo más crítico del desarrollo de esta enfermedad es entre los 3 y 8 meses, la reducción de la ingesta calórica y un ejercicio regular sin mucho impacto podría ser una decisión interesante para evitar la displasia de cadera en esta fase. colchon para perros, artrosis, displasia cadera perros, perro anciano

En los perros mayores, los problemas vienen determinados como consecuencia de la artrosis que presentaran, los síntomas mas típicos son la dificultad para levantarse, la marcha en balanceo de las caderas, observamos que carga mucho más peso delante y que camina ayudándose de las extremidades anteriores (remando más que propulsando), tienen muchas dificultades para ponerse sobre los posteriores, subir escaleras, entrar al coche o subirse al sofá. En la imagen podemos ver la posición típica que adopta un perro con artrosis de cadera, con las patas abiertas para aumentar la base de sustentación y la cabeza hacia delante para cargar más peso en la parte anterior, también se puede apreciar la atrofia muscular que existe en los posteriores.

A veces presentan cojera que desaparece después de caminar un breve período de tiempo, que se sufre más por la mañana al levantarse sobretodo si no se ha descansado de forma correcta o sobre un colchón adecuado, las extremidades las suelen colocar flexionadas mientras caminan, sus pasos son cortos ya que les duele la extensión de las caderas y presentan un desarrollo de la masa muscular de los posteriores (atrofia) muy importante. Los tiempos de los paseos se reducen mucho, el perro se sienta o se tumba y no quiere salir a pasear o para mucho durante el paseo.
Aunque existen diversas clasificaciones, la Federación Canina Internacional se basa en esta clasificación:

  •          Ningún signo de displasia.
  •          Articulaciones de cadera casi normales.
  •          Displasia ligera.
  •          Moderada o media.
  •          Grave.

Aunque existen métodos quirúrgicos: escisión del músculo pectineo, triple osteotomia de cadera, artroplastia de la cabeza femoral, forage, prótesis de cadera… al final el tratamiento es puramente paliativo, incluye la farmacología: antiinflamatorios y protectores de cartílago, reducción de peso, ejercicio moderado y sobretodo regular, la fisioterapia puede ayudar mucho a desarrollar mejor la musculatura sin dolor a sacar tensiones y eliminar compensaciones que el perro ha realizado,  mejoras en el entorno: dormir en un buen colchón por ejemplo el colchón para perros mayores, no pasar frío ni exponerse a mucha humedad, y todos los tratamientos coadyuvantes como son la acupuntura, masajes, reiki, flores de bach…

Podemos ayudar de muchas manera a nuestro perro con displasia de cadera, el ejercicio físico regularcolchón para perros, displasia, artrosis nos puede ayudar mucho a mejorar la masa muscular que nos puede hacer soportar mejor la mala congruencia articular, la fisioterapia y los masajes permiten tener siempre al perro en un estado muscular correcto, los protectores de cartílago retrasan la aparición de la artrosis, los antiinflamatorios evitan o reducen el dolor, podemos proteger al perro del frío con mantas térmicas y en caso que el perro le cueste levantarse ayudarlo con arnés para posteriores, es importante que el perro se sienta cómodo y que le estimulemos a moverse y hacer ejercicio.

 Equipo Ortocanis

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