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Botas para perros: para prevenir y curar lesiones

Seguro que en alguna ocasión has visto a algún perro con una especie de zapatos que le protegían las patas. No se trata de un capricho de su dueño para que el animal parezca que lleve zapatos. Seguro que hay un motivo para que lleve botas para perros. Una herida mal curada, una lesión en una almohadilla de la planta, etc.

Pero también pueden utilizarse a modo de prevención para evitar lesiones y enfermedades. Sobre todo cuando se lleva a un perro al monte o a dar un paseo por terrenos abruptos. O cuando hay bajas temperaturas, nieve o hielo. El uso de zapatos o botas para perros protege sus patas y evita problemas derivados de pisarlos.

Botas para perros: como ayuda en curación de lesiones

Cuando los perros sufren cierto tipo de lesiones, sienten dolor al apoyar la pata lastimada. Además, sobre todo si se trata de una herida causada por un objeto punzante, las almohadillas de la pata suelen quedar lastimadas. Por lo tanto, durante un cierto tiempo sienten dolor al pisar. Y las patas son más sensibles al pisar en ciertas superficies y pueden lastimarse de nuevo.

Botas para perros: para prevenir y curar lesiones

Si se protege la pata dañada con una bota, se evitarán muchas situaciones en las que pueda sufrir una herida de nuevo. Las botas pueden ser altas y bajas, de suela de caucho o con una de tipo vibram. En este último caso, le servirá para poder moverse con comodidad (y mejor agarre) por todo tipo de superficies.

Las botas están indicadas para perros que tienen algunos problemas de movilidad. En estos casos, tendrán que utilizar botas en todas sus patas. No les resultan incómodas y son fáciles de poner y quitar, así que son perfectas para ellos. Y al llevarlas, mejorará su nivel de agarre. Precisamente, los perros que tienen problemas de movilidad, debido sobre todo a la edad o a alguna lesión seria, suelen tener problemas de estabilidad. Y se resbalan.

Con las botas podrán agarrarse mejor, caminarán con más comodidad y evitarán caídas. En estos casos, las más recomendadas, sobre todo si se desplazan por superficies lisas, son las de suela de caucho.

Botas en superficies irregulares o con nieve

Las botas para perros también resultarán muy cómodas para el animal si se las ponemos en determinadas situaciones. Por ejemplo, para caminar por bosques o superficies irregulares. También para subidas al monte. O cuando hace mucho frío o nieva. Con ellas, sus patas no sufrirán por encontrarse piedras u otros elementos extraños. Tampoco por la acción del frío.

Las heladas y las nevadas dejan el suelo en unas condiciones que no son precisamente las más adecuadas para las patas de los perros. El frío al pisar sobre ellas pueden resecar sus almohadillas, que en no pocos casos pueden abrirse. Esto da lugar a heridas en sus patas, y a los consiguientes problemas de movilidad. Unas botas con suela de tipo vibram, tienen más agarre que las de caucho y son más apropiadas para la nieve. No obstante, pueden utilizarse en todo tipo de terrenos.

Uno de los puntos más delicados para la salud de un perro son sus patas. La presencia de lesiones en ellas no sólo les dificultará el movimiento. También pueden incidir en su salud a la largo. Por lo tanto, es necesario cuidar las extremidades caninas para evitar y prevenir, en la medida de lo posible, los principales problemas en las patas del perro. Bastará con seguir unas sencillas pautas.

Algunos enemigos de las patas del perro

Además de los golpes ocasionales que pueden ocasionar lesiones a los perros en las patas, hay varios enemigos que van minando su salud. Uno de ellos es la edad. Tal como les pasa a los humanos, a medida que los perros van cumpliendo años su salud de va resintiendo. Cuando un perro ya tiene unos años, sus articulaciones van resintiéndose. Ya no son tan elásticas ni fuertes como antes. Por lo tanto habrá que vigilarlas con cuidado.

Para ello, conviene palpar sus patas con atención cada cierto tiempo, y comprobar que no tienen puntos donde tengan dolores. También hay que vigilar que caminen bien. Y ante la más mínima duda, acudir al veterinario. De esta manera, si el perro tiene una lesión en sus patas o en sus caderas, se puede diagnosticar en una fase temprana y tratar adecuadamente para mejorar la calidad de vida del animal.

Otro de los enemigos de las patas del perro es el sobrepeso. Si ya se combina con la edad, el sufrimiento que ambos factores provocan en las patas del perro puede ser bastante grande. Por suerte, se puede evitar y controlar mejor que los efectos de la edad. Basta con cuidar que el animal haga ejercicio suficiente y adecuado a su edad y estado. Y si aun así tiene tendencia a engordar más de lo debido, es recomendable cuidar su alimentación y cambiarla si es necesario. Así se evitarán daños a sus patas por culpa de un exceso de kilos.

Cómo prevenir problemas en las patas del perro

Cómo cuidar las patas de los perros

En el cuidado de las patas de los perros no hay que descuidar ninguna de sus partes. Algo que en principio puede parecer tan poco importante como las almohadillas sobre las que se apoya tienen que estar siempre lo más cuidadas posible. Así, hay que recortar periódicamente el pelo que aparezca en ellas. También hay que procurar que permanezcan limpias para evitar lesiones.

Tampoco hay que olvidarse de las uñas de los perros, que también necesitan una «manicura» de vez en cuando. En estos casos, lo mejor es llevarle al veterinario para ver qué tipo de cuidados necesitan o a un establecimiento especializado para que se las recorten y limen. Si te atreves, puedes hacerte con un cortauñas específico para perros, sobre los que puedes preguntar la veterinario, y cortárselas tú mismo.

También hay que procurar evitar que el animal camine sobre superficies muy frías, como el hielo, sin protección. Por tanto, si lo llevas a la nieve, algo que para muchas razas originarias de climas fríos es un placer, debes proteger sus patas con botas especiales. O bien, si tu perro no las tolera, aplicar cera protectora en sus almohadillas. Y tras la salida a la nieve, revisa sus almohadillas para evitar que se quede hielo pegado en ellas. Lo mismo sucede con el calor, por lo que hay que evitar que camine en verano sobre superficies muy calientes, como la arena de la playa.