Los cuatro principales tipos de hernia en perros

Aunque no lo parezca, los perros sufren muchas de las dolencias que experimentamos los humanos. Desde un simple resfriado hasta artrosis, pasando por las hernias. Al igual que sucede en los humanos, las que sufren los perros pueden revestir diversa gravedad. Además, las hernias en perros pueden ser de cuatro tipos: inguinal, de diafragma, umbilicales y de disco.

En cualquiera de los cuatro casos, es muy importante diagnosticarlas correctamente cuanto antes. De esta manera, se podrá aplicar al animal el tratamiento adecuado para aliviar sus molestias. Para ello, lo principal es comprender qué es una hernia, lo que implica y los principales tipos de hernias en perros.

Hernia en perros: principales tipos

Las hernias de los perros, al igual que las de los humanos, son bultos y protuberancias producto de la salida de tejido de algún órgano de su posición habitual. Son bastante dolorosas, y generalmente se notas porque el animal tiene un bulto donde no debería. Un bulto que es doloroso al tacto en muchas ocasiones.

Hernias Umbilicales en perros:

Como hemos mencionado, las principales tipos de hernias en perros son cuatro. De ellas, las dos más comunes son las hernias umbilicales y las de disco. Las primeras suelen producirse cuando el animal es muy joven, al poco tiempo de nacer. Generalmente, se inician cuando la madre de un cachorro corta incorrectamente el cordón umbilical que le une con él. Cuando esto sucede no les queda ombligo como pasa con los humanos. Pero sí se nota en una zona que ha existido una unión con la madre.

En esa zona, si se ha formado una hernia, habrá un bulto. No hay que intentar empujarlo hacia adentro del animal, porque puede ser doloroso. La solución a esta hernia, y en general a todas, es una intervención quirúrgica para eliminarla.

Hernias de disco en perros:

El segundo tipo de hernia más frecuente en perros es la hernia de disco. Generalmente, tiene su origen en una caída o en un golpe, que ocasionen una rotura o una inflamación de los discos intervertebrales de la columna del perro. No obstante, en los perros de más edad puede deberse, sencillamente, al deterioro de los discos.

Esta hernia, además de ser muy dolorosa, puede generar problemas de movilidad a los perros. Estos serán mayores cuanto más avanzada y grave sea la hernia. En muchos casos, la solución será la cirugía, pero dado que entraña ciertos riesgos, es el veterinario el que tendrá que valorar si merece la pena. Mientras, puedes aliviar sus dolores con analgésicos y antiinflamatorios. Y en caso de que la hernia sea muy grave y tenga afectada la movilidad, puedes ayudarle a recuperarla con una silla de ruedas para perros adaptable.

Hernias inguinales y abdominales en perros:

Los otros dos tipos de hernia en perros son menos frecuentes. Pero igualmente dolorosos para el animal. Son las hernias inguinales y las de diafragma. Las primeras se forman en el canal inguinal, un conducto situado entre los músculos del abdomen.

Este tipo de hernias, que tienen el aspecto de una masa de tejidos, pueden llegar a ser de bastante tamaño. Por lo tanto, nada más detectarlas, conviene eliminarlas mediante cirugía, y así lo indicará probablemente el veterinario.

En cuanto a las hernias del diafragma, pueden provocar graves problemas de salud al perro afectado. Esta hernia, que suele ser interna, muchas veces se desarrolla hacia el interior del organismo del perro. Esto es peligroso, ya que puede desplazar sus órganos. Y hace que muchas veces, sus síntomas sean completamente distintos de los del resto de hernias.

Entre ellos, el perro puede tener dificultad para respirar e irregularidad en los latidos del corazón. También vómitos o diarrea si afectan al estómago o al intestino. Ademas, puede que percibas movimientos extraños en el abdomen del perro. Este tipo de hernia es bastante grave, y debe intervenirse cuanto antes para corregirse.

Hernia Perineal en perros:

Una hernia perineal en perros es una condición en la que hay una protuberancia o bolsa formada por el desplazamiento de órganos o tejidos hacia la región perineal, ubicada entre el ano y los órganos sexuales. Esta situación ocurre cuando los músculos y tejidos del área perineal se debilitan o se dañan, permitiendo que los órganos abdominales, como el intestino, la vejiga, o incluso parte del recto, se desplacen hacia el exterior formando una hernia.

Causas: hernia perineal en perros

Las causas de una hernia perineal pueden incluir factores como:

  • Edad avanzada
  • Estreñimiento crónico
  • Esfuerzos excesivos al defecar
  • Enfermedades de la próstata
  • Traumatismos
  • Factores genéticos
  • Se observa con mayor frecuencia en machos no castrados de mediana edad o mayores.

Síntomas: hernia perineal en perros

Los síntomas de una hernia perineal pueden variar según la gravedad de la hernia y los órganos afectados, pero pueden incluir:

  • Masa o hinchazón alrededor del área anal
  • Dificultad para defecar (estreñimiento)
  • Dolor o incomodidad al sentarse o al defecar
  • Sangre en las heces o esfuerzo excesivo para defecar
  • En casos severos, puede haber síntomas urinarios si la vejiga se ve involucrada.

Diagnóstico: hernia perineal en perros

El diagnóstico de una hernia perineal generalmente se realiza mediante un examen físico por parte de un veterinario, quien puede notar la protuberancia o hinchazón en el área perineal. En algunos casos, se pueden requerir pruebas adicionales como radiografías o ecografías para evaluar la extensión de la hernia y los órganos afectados.

Tratamiento: hernia perineal en perros

El tratamiento para una hernia perineal en perros casi siempre requiere cirugía para reubicar los órganos desplazados a su posición normal y reparar la debilidad en la pared muscular. En algunos casos, durante la cirugía, también se puede recomendar la castración para reducir el riesgo de recurrencia de la hernia, ya que los niveles hormonales pueden influir en la formación de hernias perineales.

Después de la cirugía, es importante seguir las indicaciones del veterinario respecto al cuidado postoperatorio, que puede incluir el manejo del dolor, la prevención del estreñimiento con una dieta adecuada, y limitar la actividad física del perro durante el período de recuperación.

Es crucial tratar una hernia perineal tan pronto como sea posible para evitar complicaciones, como el atrapamiento de órganos que puede llevar a un suministro de sangre restringido a los órganos afectados, lo cual es una emergencia veterinaria.

Cuidados de un perro que ha sufrido la amputación de una pata

Hasta no hace mucho, encontrar un perro al que le faltan una o varias patas, por completo o en parte, no era nada habitual. Cuando un perro tenía un accidente o sufría una enfermedad que resultase en la amputación de una pata, era habitual sacrificarle. No había mucha información sobre el tema, ni muchas opciones para los perros que sufrían ese problema.

Pero por fortuna para los animales, esto ya no es así. Los avances tanto en cirugía como en cuidados para perros que han sufrido la pérdida de una de sus patas hacen que puedan salir adelante y valerse por si mismos. Hasta el punto de hacer una vida prácticamente normal. Eso sí, con algunos cuidados especiales y una atención especial.

Cuidados de un perro que ha sufrido la amputación de una pata

Cuidar a un perro con amputación de una pata reciente

Si hace poco tiempo que el perro ha perdido una pata, requerirá ciertos cuidados hasta que se recupere físicamente. A diferencia de lo que sucede con los humanos, que tras una amputación requieren varios meses para recuperarse físicamente, un perro se recobra de este tipo de operaciones con bastante rapidez. En efecto, en dos o tres días, un perro puede estar bastante recuperado de la operación. Y habrá recobrado su movilidad, casi por completo, en dos o tres semanas.

Es posible que al principio necesite un poco de ayuda para levantarse, hacer sus necesidades, o comer, por ejemplo. Sobre todo si la amputación es de la pata delantera. En estos casos, el animal se recuperará con algo más de lentitud que si la amputación es de la trasera. Esto se debe a que los perros cargan más peso sobre sus patas delanteras que sobre las traseras.

De lo que sí habrá que preocuparse es de la cicatrización de la herida, y sus curas. Es importante vigilar que la herida no se infecte, y que cicatrice bien. Generalmente, el veterinario se encargará de hacer un seguimiento cuidadoso de ella, aunque es conveniente vigilarla también en casa e informar de cualquier anomalía al veterinario. Si no hay ningún problema, se le retirarán las grapas con las que habitualmente se cierran este tipo de heridas en unos 15 días.

A nivel emocional, la recuperación ya será otra cosa. Una amputación puede ser algo complicada para un perro, por lo que puede mostrarse triste o apático durante unos días. Es perfectamente normal, pero no durará mucho tiempo. Los perros, cuando se acostumbran a su nueva situación, no tienen ningún trauma. Pueden ser perfectamente felices aunque tengan tres patas.

Precauciones con perros a los que se les ha amputado una pata

Como hemos mencionado, un perro al que le falta una pata podrá recuperarse en poco tiempo. Y hacer una vida prácticamente normal. Para ellos no será ningún problema correr o saltar solo con tres patas. Parece asombroso, pero es así. Eso sí, hay que tener presentes algunas precauciones con la salud de este tipo de perros. Especialmente en cuanto a músculos y huesos.

Los perros a los que se les ha amputado una pata redistribuirán, a partir de entonces, el peso del cuerpo y de las extremidades restantes de diferente manera. De una que aunque le resulte cómoda, no es la natural. Por tanto, es aconsejable vigilar sus huesos y, sobre todo, su columna, para evitar desgastes. La revisiones periódicas a las que se le someta dede la amputación habrán de poner especial cuidado en sus músculos y huesos para evitar problemas.

Equipo redactor de Ortocanis.

El moquillo en los perros y su tratamiento

El moquillo en los perros es una enfermedad de tipo vírico de gravedad. Si bien la sintomatología es variada, una de las señales más claras es la debilidad en las patas traseras. En caso de contagio, debemos actuar con rapidez, ya que puede ser letal. Te contamos cuál es su tratamiento.

Qué es el moquillo en los perros y cómo se contagia

El virus RNA, perteneciente a la familia de los Paramyxoviridae, es el causante de una de las enfermedades más contagiosas y de mayor peligro. Más conocida como moquillo en los perros, se contraer por contacto directo con uno que esté infectado. Los síntomas no aparecen de manera inmediata ya que previamente hay un período de incubación entre 14 y 18 días.

No todas las cepas del moquillo en los perros tienen la misma virulencia. Por lo tanto, cada cuadro clínico tiene su propia gravedad y evolución. La réplica se produce en el tejido linfoide, y causa así la inmunodepresión en el animal. A partir de ahí va avanzando e infecta al sistema nervioso central. Al llegar a este punto es cuando podemos observar la debilidad en las patas traseras.

El moquillo en los perros afecta principalmente a los cachorros entre los 3 y los 6 meses, al tener su sistema inmune más débil. No obstante, también pueden contagiarse perros de una edad más avanzada.

Sintomatología del moquillo en los perros

Los síntomas iniciales del moquillo en los perros son muy variados, e incluyen la rinitis, las descargas mocopurulentas, la tos, la conjuntivitis, vómitos o diarrea, fiebre, deshidratación, anorexia o adelgazamiento y neumonía (debido a infecciones secundarias por bacterias), entre otros.

Cuando la enfermedad alcanza el sistema nervioso central aparecen otro tipo de síntomas. Estos son la encefalitis, que es la responsable de la debilidad en las piernas, temblores y diversas parálisis, así como convulsiones y ceguera.

La encefalitis, cuando afecta a los perros adultos, puede darse de dos maneras diferentes. En primer lugar, como encefalitis multifocal, cuya característica principal es la incoordinación, la cabeza ladeada, la parálisis facial y los temblores, así como la mencionada debilidad en las patas traseras. Este tipo de moquillo en perros aparece entre los 4 y los 8 años, y evoluciona hacia una parálisis, aunque pueden llegar a recuperarse.

En segundo lugar, cuando se trata de perros de edad avanzada, es decir, mayores de 6, aparece un déficit visual, así como depresión mental, modificaciones de la personalidad, torneo y también incapacidad para sostener la cabeza. La recuperación es compleja en estos casos.

El moquillo en los perros y su tratamiento

Tratamiento del moquillo en los perros

No existe actualmente ningún tratamiento específico para el moquillo en los perros. Aunque sí existe una manera de prevenir el contagio y que es a través de la vacunación. En el caso de que se produzca un contagio, es imprescindible el aislamiento para evitar propagar la enfermedad.

Para las infecciones secundarias se administrarán antibióticos, y para la sintomatología específica del moquillo en los perros, los antiinflamatorios y los antipiréticos. Existen también medicamentos para las convulsiones. Además de todo ello, nos aseguraremos de que el animal come y bebe para no deshidratarse.

En lo que respecta a la calidad de vida del animal, podemos ayudarle con la movilidad utilizando arneses específicos, así como sillas de ruedas llegado el caso. Si necesitas asesoramiento para elegir los adecuados, puedes ponerte en contacto con nosotros.

Razones por las que un perro tiene problemas para caminar

Existen diversos factores por los que un perro puede tener problemas para caminar. A la hora de valorar una patología, debemos tener en cuenta, entre otras cosas, la edad del animal, ya que en algunas ocasiones, como en los perros ancianos, la razón principal puede ser la propia edad. Pero, ¿qué otras causas puede haber?

Causas de los problemas para caminar

En función del ritmo de vida que lleve nuestro perro, es posible que experimente algunos días dolores localizados. Tal y como nos sucede a las personas, el exceso de ejercicio puede ocasionar cansancio y debilidad. Esto hará que tengamos problemas para caminar.

Sin embargo, cuando los dolores se prolongan en el tiempo y la duración superar el par de días, nos conviene acudir al veterinario. Allí harán una valoración y procederán con el diagnóstico. Algunas de las causas más comunes por las que aparecen los problemas para caminar son las siguientes.

Razones por las que un perro tiene problemas para caminar

Lesiones

Además de una fractura no visible o un desgarro en los tendones, los problemas para caminar pueden deberse también a una lesión en la espalda o en la médula espinal. Esta suele aparecer por un traumatismo, un derrame cerebral o por daños en los discos.

Cuando la médula espinal o la columna de un perro se encuentra inflamada o con alguna lesión, las patas traseras pueden mostrar signos de debilidad o inestabilidad. Esto le provocará irremediablemente problemas para caminar. Si nuestro perro no ha sufrido ningún accidente pero se encuentra en esta situación, debemos acudir al veterinario lo antes posible.

Mielopatía degenerativa

Esta enfermedad es otra de las causas por las que un perro puede tener problemas para caminar. En especial en los perros adultos, las fibras que envían las señales al cerebro para la movilidad de las patas se van destruyendo. La causa es el propio deterioro de la médula espinal.

Los perros que padecen de mielopatía no experimentan dolor, pero la enfermedad afecta directamente a la movilidad. Las patas pierden fuerza y el animal no es capaz de caminar con normalidad ni de permanecer de pie por mucho tiempo. En la actualidad no existe cura para esta enfermedad, pero la fisioterapia y la medicina holística pueden aliviar la sintomatología.

Diabetes

Las hembras tienen más tendencia a sufrir diabetes, que también puede ocasionar problemas para caminar. Aunque algunas razas como los Golden, los Pastores alemanes o los Schnauzer son más propensos, puede afectar a cualquiera.

Para evitar la diabetes es conveniente no darle a los perros alimentos ricos en azúcares. Dado que son capaces de comerse cualquier cosa, es muy frecuente que muchos dueños compartan su comida. Pero no hay que olvidar que algunos alimentos aparentemente inofensivos y que además les gustan son tóxicos para ellos. Para determinar si la diabetes es la causa de los problemas para caminar basta una analítica.

Artrosis

La artritis y la artrosis son otras de las causas por las que los perros pueden tener problemas para caminar. Los perros adultos y de razas grandes suelen ser quienes más padecen de esta enfermedad. Suele afectar a las articulaciones de la cadera y de la rodilla, deteriorando las amortiguaciones y causando dolor.

Algunos medicamentos además de la fisioterapia pueden aliviar los síntomas. Así, nuestro amigo podrá mantener una calidad de vida óptima y reducir sus problemas para caminar.

Las causas de los problemas para caminar son amplias y variadas. En cualquier caso, si observamos que nuestro perro pasa más de dos días sin poder moverse con normalidad, lo más recomendable es acudir al veterinario. Cuanto antes detectemos el problema, antes podremos solucionarlo.

Ortocanis: Ayudas para perros con movilidad reducida

La parálisis en perros, que hace que el animal no pueda mover las patas traseras, las delanteras, o las cuatro, tiene diversos orígenes. La puede causar un traumatismo, pero también una enfermedad. También puede ser gradual o repentina, ser irreversible u ofrecer posibilidades de mejora o curación.

Silla de ruedas para perro Ortocanis

Silla de ruedas para perro Ortocanis

En cualquier caso, será necesario proporcionar al animal todos los cuidados necesarios para facilitar su recuperación. Para ello resulta fundamental conocer la causa de la parálisis para aplicar el tratamiento más adecuado. No sólo podríamos paliar sus síntomas, sino revertirlos en determinados casos, y de no ser posible, proporcionarle la mayor calidad de vida posible.

Principales causas de la parálisis en perros

Fundamentalmente, la parálisis en perros la provoca o bien un traumatismo o una enfermedad. Esta puede ser congénita o infecciosa. Entre las enfermedades congénitas que provocan parálisis en los perros, sobre todo en las extremidades posteriores, está una patología degenerativa de los discos intervertebrales. Los perros que la padecen, normalmente producto de la edad, van perdiendo movilidad, dado que la membrana que rodea a su médula espinal se va descomponiendo progresivamente.

En cuanto a las enfermedades infecciosas que provocan parálisis, hay dos que resultan especialmente peligrosas. Son la rabia y el moquillo. Por otro lado, puede que el animal que experimenta una parálisis tenga un tumor en alguna parte de su cuerpo que le afecte a la movilidad. Por ejemplo, si tiene uno en la espina dorsal, puede afectar a las extremidades.

Además, el perro puede sufrir parálisis por una lesión en el cuello o en la médula espinal. Generalmente, este tipo de lesiones son producto de un golpe fuerte o de un accidente. En estos casos, la parálisis suele ser permanente.

En muchas ocasiones el perro no desea moverse porque tiene dolor. Es común encontrarnos casos de lesiones de ligamentos o artrosis donde el perro evita utilizar la extremidad afectada. No hablaríamos de una parálisis en sí pero debemos conocer estos casos ya que son mas frecuentes. Normalmente veremos que el animal se queja si manipulamos la zona afectada. En estos casos el veterinario nos podría recomendar la utilización de una ortesis.

En otro orden de cosas, la parálisis en perros puede también ser psicológica, como producto de un shock. En estos casos, dado que no hay lesiones en la médula, la parálisis será temporal. La puede causar también la ingesta de alimentos en mal estado, contaminados con toxina botulímica. Incluso puede ocasionarla la picadura de algún insecto, puesto que hay animales que con una picadura pueden ocasionar parálisis en perros. Es el caso de algunas familias de garrapata.

Síntomas y tratamiento de la parálisis en perros

Además de imposibilidad de caminar, la parálisis en perros puede tener otros síntomas. Por ejemplo, las dificultades para levantarse. También puede ser un indicador que el animal no pueda orinar, o que tenga problemas para poder controlar la orina. En este último caso, esta goteará constantemente. Esto también puede sucederle al animal a la hora de defecar. Además, también puede caminar con dolor o como si estuviese mareado.

En estos casos, lo más recomendable es llevar al animal al veterinario para que lo examine y decida la mejor forma de ayudarle. En caso de que sufra incontinencia aparte de parálisis, habrá que mantenerlo lo más limpio posible. Así se evitará que el animal tenga infecciones (y olores no deseables). En estos casos se pueden utilizar pañales especiales para perros y abrigos protectores.

Por otra parte, hay que procurar que descanse de la manera más cómoda posible. Para ello es recomendable utilizar una cama ortopédica para perros. Además de proporcionarles un mejor descanso, estas camas están diseñadas para repartir el peso del animal, evitar puntos de presión y úlceras en la piel debido a un uso prolongado.

En cualquier caso, tener una parálisis no es en la actualidad un obstáculo para que los perros sigan moviéndose y disfrutando. Existen sillas de ruedas adaptadas a ellos, con las que, si cuentan con movilidad en las patas delanteras, pueden seguir caminando y moviéndose como si les funcionasen bien las cuatro patas.

Preguntas Frecuentes

Mi perro cojea de una pata, pero no le duele

Aunque tu perro no muestre signos de dolor, la cojera indica que algo no está bien. La cojera puede ser resultado de una lesión, una infección, una inflamación o incluso problemas articulares como la artritis. A veces, los perros ocultan su dolor debido a su instinto, así que es importante llevarlo al veterinario para un examen completo. El tratamiento variará según la causa, pero el descanso es generalmente recomendado en los primeros días.

Por qué mi perro no puede caminar con las patas traseras

La incapacidad para caminar con las patas traseras puede ser un signo de una condición grave como una enfermedad degenerativa del disco, problemas neurológicos, lesiones en la columna vertebral, o incluso una enfermedad vascular. Este síntoma requiere atención veterinaria inmediata para diagnosticar la causa subyacente y comenzar el tratamiento adecuado, que puede incluir medicamentos, cirugía, o terapia física.

Mi perro cojea de una pata delantera

La cojera en una pata delantera puede ser causada por varias razones, incluyendo lesiones (como esguinces o fracturas), infecciones, inflamación de las articulaciones, o problemas en las almohadillas de las patas. Es importante observar cualquier otro síntoma como hinchazón, enrojecimiento, o sensibilidad al tacto, y consultar a un veterinario para un diagnóstico y tratamiento adecuados. El reposo y evitar el esfuerzo físico son recomendaciones comunes hasta la consulta veterinaria.

Parálisis en perros por intoxicación

La parálisis causada por intoxicación en perros puede ocurrir debido a la ingestión de sustancias tóxicas como plantas venenosas, alimentos peligrosos (como chocolate o xilitol), o productos químicos. Este es un caso de emergencia que requiere atención veterinaria inmediata. El tratamiento depende de la toxina involucrada y puede incluir inducir el vómito, administrar antídotos, o brindar soporte vital hasta que la sustancia tóxica haya sido eliminada del cuerpo.

Tratamiento para perros con parálisis en las patas traseras

El tratamiento para la parálisis de las patas traseras depende de la causa subyacente. Las opciones pueden incluir cirugía, especialmente si hay una hernia de disco o una lesión en la columna vertebral; medicamentos para aliviar el dolor y la inflamación; y terapia física para ayudar a recuperar la movilidad. También se pueden recomendar ayudas para la movilidad, como sillas de ruedas para perros, para mejorar la calidad de vida del animal.

Mi perro tiene debilidad en las patas traseras y tiembla

La debilidad y el temblor en las patas traseras pueden ser síntomas de diversas condiciones, incluyendo problemas neurológicos, degeneración muscular, o incluso exposición al frío. Es crucial observar si estos síntomas están acompañados de otros cambios en el comportamiento o en la salud general del perro. Un veterinario puede realizar exámenes para identificar la causa y sugerir el tratamiento más adecuado, que puede variar desde medicamentos hasta terapia de rehabilitación.

Mi perro camina y se va de lado

Si tu perro camina inclinándose hacia un lado, esto puede ser indicativo de problemas de equilibrio, problemas neurológicos, o incluso dolor en alguna parte de su cuerpo que le impide caminar normalmente. Observar otros síntomas como inclinación de la cabeza, dificultad para levantarse, o falta de coordinación puede ayudar al diagnóstico. Es fundamental una evaluación veterinaria para determinar la causa y el tratamiento adecuado, que puede incluir desde medicamentos hasta ejercicios específicos de rehabilitación.

Recuerda, estos son puntos de partida informativos y nunca sustitutos de la consulta veterinaria. Cada caso es único, y solo un profesional puede ofrecer el diagnóstico y tratamiento

 

Equipo redactor de Ortocanis

La miositis en perros es una de las enfermedades caninas que más afecta a su calidad de vida. No sólo porque puede afectar a su capacidad de moverse y realizar su actividad diaria habitual. También porque se trata de una patología muy dolorosa que les limita mucho. Se trata de una inflamación de uno o varios músculos que puede  afectar a diferentes partes del cuerpo. Su origen puede ser múltiple, y puede deberse tanto a heridas y roturas musculares como a un sobreesfuerzo. Pero también a los efectos de la edad.

Sobre todo afecta a animales domésticos de pelo corto, como diversas razas de perro. Se puede dar a cualquier edad, aunque aparece con más frecuencia en perros adultos y de más edad. Hay tres tipos: eosinofílica, reumática y purulenta.

Miositis en perros: principales causas, síntomas y tratamiento

Causas y síntomas de la miositis en perros

La miositis en perros puede deberse a varios motivos. Entre ellas, a una rotura muscular o a un hematoma, tanto producto de un golpe o una caída como de una actividad física excesiva o un salto desde una altura elevada. Pero también puede aparecer tras soportar una carga excesiva sin que el animal esté preparado para ello.

A veces también se da como consecuencia de la hipotermia que puede sufrir un perro cuando se encuentra en un entorno en el que hace un frío excesivo y sin estar preparado para ello. Entonces, los músculos tienen problemas para moverse, puesto que el frío los paraliza, y aparece la inflamación.

Cuando aparece en un perro mayor, se trata simplemente de los efectos de la edad, que les producen dolores y achaques varios. O bien por parásitos que anidan en los músculos y otras zonas móviles del organismo del animal, y ocasionan desplazamientos y erosiones.

Evidentemente, uno de los principales síntomas de que un perro tiene miositis, además de la dificultad de desplazamiento si afecta a las patas o a la zona de las articulaciones y la columna, es el dolor. Los perros afectados tendrán tanto dolor que generalmente no querrán moverse (o no podrán hacerlo), y gemirán de dolor. También rechazarán que se toque la zona afectada, e incluso las caricias, aunque sean suaves.

El perro puede encontrarse mejor a primera hora de la mañana después de dormir, pero ya aparecerá cansado. Y el dolor irá aumentando a medida que pase el día. Es especialmente indicativo de la presencia de miositis el dolor en la zona de la pelvis o del hombro, dos de los puntos en los que primero se manifiesta esta dolencia.

Además, la miositis presenta otros síntomas adicionales. Entre ellos, las dificultades para posar una pata o varias, la posición curvada de la espalda del perro, etc. Todo unido a una tensión evidente en la zona del cuello, producto de los dolores y las dificultades para moverse, y a la hinchazón de la zona afectada. También puede aumentar la temperatura corporal, y aparecer sangre en la orina. Y como consecuencia de todo esto, llegan el decaimiento y la pérdida de apetito.

Tratamiento de la miositis en perros

Cuando la miositis se detecta pronto, y se trata de una forma leve, bastará llevar al animal al veterinario para que le ponga un tratamiento adecuado tras dar con la causa de la enfermedad. Por lo general, estará completamente restablecido en un par de semanas. Pero cuando se trata de una miositis grave o se aplaza su tratamiento, puede tardar más en curarse, y le pueden quedar secuelas.

Entre estas secuelas está el acortamiento de los músculos afectados, la atrofia muscular y la paralización de una o varias extremidades. En estos casos, además de un tratamiento para eliminar el dolor y tratar de reparar en la medida de lo posible el daño, el perro puede necesitar rehabilitación y diversos apoyos para poder desplazarse. Estos van desde un protector para las extremidades afectadas hasta una silla de ruedas adaptada para casos más graves que impliquen la parálisis de las patas traseras.

Los perros que sufren una operación tienen que pasar por un periodo de descanso y cuidados para volver a su vida normal. Por lo tanto, la recuperación de perros requiere cuidados especiales que en muchos casos dependen del tipo de operación que han sufrido.

Independientemente de esto, habrá que tener en cuenta una serie de pautas a seguir cuando el animal sale del veterinario y llega a casa. De esta manera estará más cómodo y su recuperación le resultará más llevadera

Rodillera para perro

Qué hacer para ayudar a la recuperación de perros tras una operación

Mientras el perro está todavía en la clínica veterinaria, conviene ir acomodando su zona de descanso de acuerdo a su estado. Es conveniente mantenerlo especialmente limpio y ventilado. Y lo más tranquilo posible para que el animal pueda estar relajado y sin sobresaltos.

Durante los primeros días, y en función de la gravedad de la operación, es conveniente que no haga mucho ejercicio. Sólo debe salir para hacer sus necesidades. Y en estos casos, no hay que dejarle que se aleje.

También hay que tener mucho cuidado de su herida, y evitar que se la lama. Aunque en muchos casos, que un perro se lama una herida es bueno, si esta tiene puntos no es aconsejable. Podría quitarlos antes de tiempo, y la herida se abriría. Así que, si el animal comienza a lamerse la herida de la operación, hay que hacer todo lo posible para evitarlo.

La manera más sencilla es colocarle un collar que rodee su cabeza, con forma de campana abierta. Este collar, de plástico transparente, impide que pueda hacerlo, y es molesto para el perro. Sin embargo, es la mejor manera de evitar problemas con las heridas.

También hay que recordar darle la medicación que le hayan prescrito. Y hacer que beba abundante líquido. Sobre todo, en las horas posteriores a la operación, para que expulse la anestesia.

Limpieza de la herida

Además de cierta medicación, el veterinario recomendará al propietario de los perros operados cómo hay que cuidar la herida. Sobre todo, cómo tiene que limpiarla para evitar infecciones.

En general, habrá que utilizar para ello una solución antiséptica dos o tres veces al día. Y vigilar con atención la herida para que no haya problemas. Por supuesto, ante cualquier alteración que presente, hay que acudir al veterinario para descartar problemas.

Ayudas externas en operaciones de extremidades

Las operaciones en las extremidades son algunas de las más molestas para los perros. No pocas, además, tardan bastante tiempo en curar. Y algunas incluso requieren rehabilitación específica para que el animal pueda recuperar la movilidad en ella. Siempre y cuando, claro está, que la herida ya esté completamente cerrada y cicatrizada.

En estos casos, el perro puede necesitar algún tipo de soporte o de protector no sólo para evitar hacerse daño. También para poder tener más firmeza en el uso de la pata afectada. Por ejemplo, en el caso de fracturas óseas, puede ser aconsejable ponerle una férula. O sencillamente, un protector o un soporte, que puede ser de rodilla, carpo, tarso, cadera, etc. Con ellos, el perro se sentirá más seguro a la hora de desplazarse.

Ayudas ortopedicas para perros

Las nuevas ayudas técnicas y ortopédicas para perros se utilizan en una gran variedad de casos. Estas aumentan la movilidad de los canes proporcionando el soporte necesario para mantener la actividad diaria. Los perros necesitan hacer ejercicio para mantener su bienestar físico y emocional. Si un perro es incapaz de hacer ejercicio, puede desarrollar problemas como enfermedades del corazón, obesidad, alteraciones óseas, atrofia muscular y problemas emocionales como agresividad o ansiedad.

Casos aplicables

Las ayudas técnicas pueden ser utilizadas para esguinces, debilidad muscular, artritis, displasia de cadera, rehabilitación post-operatoria, cojera, debilidad o dolor en las articulaciones que acaban generando un problema de movilidad. Las ayudas técnicas deben permitir al perro realizar sus actividades cuotidianas, pero también deben ser cómodas y ofrecer protección contra irritaciones y úlceras en la piel del perro por eso es importante que sean realizadas por especialistas. Enumeramos las más frecuentes:

Rodilla

Protector de rodilla canina

Los protectores de rodilla se utilizan normalmente después de la cirugía para la rehabilitación del ligamento cruzado anterior (LCA), luxación de rótula, ligamento colateral medial (LCM), ligamento colateral lateral (LCL) o ligamentos cruzados posteriores (PCL). Las rodilleras proporcionan apoyo y estabilidad, previenen la pérdida de músculo durante el período de recuperación y reducen el riesgo de nuevas lesiones. Los protectores de rodilla también se suelen utilizar en casos en los que la cirugía no se llega a realizar.

Tarso y Carpo

Protector de tarsoSoporte para carpo

 

 

 

 

 

 

Los protectores de tarso están indicados, en casos de artrosis pero también para rehabilitación postquirúrgica o lesión en el tendón de Aquiles, daños en nervios de la extremidad trasera o del pié y rehabilitación de la articulación del corvejón. También pueden ser utilizados como apoyo a largo plazo en condiciones no quirúrgicas. Un protector de tarso o corvejón estabiliza el hueso de la pierna trasera, así como los músculos y los tendones de la extremidad y la rodilla. Funciona de manera similar a una rodillera en humanos, permitiendo que el perro se mueva sin forzar la articulación. También evita que el can vuelva a lesionarse la articulación o ligamentos afectados.

Codos

Protector de codo canino

 

Un protector de codo se utiliza para apoyar la articulación del codo después de una cirugía o para reducir el dolor de la artritis, enfermedades degenerativas de las articulaciones u otras condiciones similares. Proporciona control en el movimiento lateral mientras que permite la extensión y flexión normal a la vez que trata y protege higromas y callos.

 

Soporte de cadera caninoCadera

Un soporte de cadera sujeta y aumenta la temperatura de la espalda baja y la cadera del perro. Fabricado en neopreno especial, rodea la espalda baja, cadera y la pierna superior y se sujeta gracias a un arnés tipo romano. Los soportes de cadera son de uso general para los perros con displasia de cadera de leve a moderada y artrosis localizada.

Hombros

Ortesis de codo canina

La inestabilidad del hombro medial (MSI) es una de las causas de cojera en las patas delanteras. Un soporte especial permitiría apoyar el hombro, lo que limitaría la extensión, flexión y abducción, permitiendo que el perro soporte su peso. Estas ayudas se pueden utilizar tras la cirugía o como tratamiento no quirúrgico pero también de forma preventiva.

Las personas invidentes utilizan un bastón  para orientarse en el espacio y saber donde hay obstáculos. Otros animales utilizan de forma natural el sonido, los bigotes u otros dispositivos de alerta.

Perro ciego

Un perro ciego también necesita algo que le indique cuando se está acercando a un obstáculo. Dennis Hacker, un veterinario de California, nos contó cómo fabricar manualmente un «bastón» para un perro ciego.

Utilizando una tira de aluminio, que permite darle la forma deseada a la vez que proporciona una barrera sólida para el perro, realizamos un aro que que se ajuste al arnés, con un ángulo prudente para que pueda girar la cabeza y tenga movilidad en esta.

Medidas de bastón para perro ciego

Para fabricarlo, necesitamos tomar 3 medidas:

A – Desde la pierna delantera hasta el cuello.
B – Desde el cuello hasta la punta de la nariz.
C – El diámetro del pecho justo detrás de las patas delanteras.

 

 

Material necesario:

A – Una tira de aluminio del tamaño correcto, estas son las medidas A+ B multiplicado por 3.
B – Arnés de cuero, para encajar en el pecho . Recordar que los perros ciegos tienden a aumentar de peso.
C – Una remachadora.
D – Remaches de 5 mm y 3-6 mm de alcance.
E – Taladro eléctrico.
F – Broca helicoidal de 5 mm.
G – Lija.

El proceso para la manufactura es el siguiente:

Lija los bordes del aluminio para que queden redondos.

lija1 lija2

Ortocanis.comColoca el arnés al perro ciego y ajústaselo para que le quede cómodo. Mide la distancia entre los centros de las bandas verticales. Aquí es donde se va a poner la barra de aluminio en forma de aro.

Medir distancia de las bandas del arnés para el perro ciego arnes3

Taladra cuatro agujeros en la tira de aluminio. Un agujero en cada extremo y luego otro par de agujeros a la distancia  entre las dos sujecciones del arnés (como se indica en la fotografía de arriba izquierda).

Medidas para la barra de aluminio del arnés

Perforar el arnés en la parte inferior de las tiras verticales del cuello donde medimos. Aquí es donde se une la banda de aluminio para advertir al perro que está a punto de golpearse.

taladro

Doblar la distancia A los extremos de la barra de aluminio con un ángulo de 45 grados. Después, doblar suavemente y en sentido opuesto para dar forma de circunferencia a la zona central.

aluminio      aluminio3

Remachar el aro de aluminio al arnés en las correas de cuero verticales más cercanas a la cabeza del perro.

Arnés perro ciego

Ahora, con el arnés puesto en el perro, nivelar el aro a la altura de los ojos y la nariz. Marca la medida y remacha el aro en la parte posterior del arnés.

Arnés para perro ciego

¡Ya tenemos listo nuestro bastón para perros ciegos!

Arnés para perros invidentes

El resultado es fáscinante, una solución que mejorará la vida de los perros con problemas de vista.
En un principio se sienten confusos y necesitan adaptarse, en cuanto entienden el funcionamiento y ven la mejora rápidamente esquivan los obstáculos.

Por si no eres de los que tienen mucha paciencia ya está disponible a la venta el nuevo arnés para perros ciegos.

Arnés para perro discapacitado

 

Femur y Tibia perro

La causa más común de fractura de fémur es un golpe en la zona del hueso del muslo. A menos que hayas sido testigo directo del accidente, el primer síntoma o sospecha de que el perro se ha roto el fémur puede ser la cojera. Si la fractura de fémur no se repara, el perro puede tener complicaciones graves. Vamos a explicar cómo reconocer y tratar la fractura del fémur en perros.Femur y Tibia perro

  1. Los perros que sufren esta lesión pueden experimentar cojera en la pata lesionada o puede llegar a quedarse inmóvil por el dolor que está sufriendo.
  2. Lleva al perro al veterinario e intenta avisarles de tu llegada. Pide a alguien que te ayude a llevar al perro al coche. Esto evitará que tu perro camine sobre la pata lesionada.
  3. El veterinario tendrá que tomar radiografías para confirmar si hay una fractura de fémur. También determinará si puede darle a tu mascota analgésicos para aliviar los dolores.
  4. Es probable que te recomiende una cirugía para reparar la fractura del fémur. A diferencia de otras fracturas, el fémur se estabiliza con mayor éxito tras la cirugía. Esta lesión no puede estabilizarse con una férula o yeso, por lo que la cirugía debe ser considerada seriamente.
  5. Una vez  de vuelta a casa la actividad debe ser muy limitada. Reducir el paseo cuando lo saques a hacer sus necesidades. Mantén la zona caliente y evita que descanse sobre superficies duras o frías. Esto ayudará en la curación y evitará daños mayores.
  6. Colchón para perros en rehabilitaciónEscoge un lugar tranquilo para la recuperación de tu perro. Los perros en rehabilitación necesitan un lugar tranquilo para sanar. Déjale descansar en una buena cama y acércale sus juguetes favoritos. Anima a tu mascota a descansar y recuerda a las visitas que el perro necesita descansar.

 

No intentes estabilizar la fractura del fémur en casa. Algunos dueños de perros tratan de entablillar o enyesar la extremidad en casa. Consulta siempre con tu veterinario de las opciones disponibles.

Arneses para perros con movilidad reducida