Los dolores articulares son frecuentes en perros, sobre todo en perros mayores y en perros de razas grandes. Aunque cualquier perro puede sufrir problemas en las articulaciones por causas como un exceso de ejercicio u otras dolencias o trastornos.

Para ayudar a tu perro puedes usar condroprotectores y también encontrarás expertos en ortopedia canina que podrán asesorarte sobre el uso de ayudas ortopédicas.

Existen diferentes tipos de protectores articulares, dependiendo donde el perro sufra el dolor.

¿Sabes qué son los condroprotectores?

Los condroprotectores no son medicamentos, sino complementos alimenticios, y se componen de sustancias naturales para prevenir y tratar los problemas articulares. La composición de los condroprotectores suele ser ácido hialurónico, glucosamina y condroitín sulfato.

La función del condroprotector es prevenir la descomposición del cartílago. Esta descomposición es el primer paso en el desarrollo de una enfermedad articular degenerativa, por lo que son más eficaces cuando se utilizan al principio de la enfermedad.

Disminuyen la inflamación y la rigidez, aliviando el dolor que siente el perro. Como resultado su movilidad mejora y sus articulaciones y cartílagos se recuperan.

En el mercado podrás encontrar muchos tipos. Desde Condroprotectores con anti-inflamatorios naturales añadidos o hasta pienso con condroprotectores incluidos en su composición.

¿Sabes cómo detectar si tu perro necesita estas ayudas?

Primero de todo comentar que tanto los protectores articulares, como los condroprotectores pueden ser ayudas complementarias que ayudan a reducir los dolores articulares que sufren los perros.  Puedes usarlos en caso de problemas articulares, como displasia, artrosis o artritis; tras una cirugía articular o traumatismo; o para reforzar las articulaciones en formación.

También es importante reconocer ciertos signos para saber si tu perro necesita estas ayudas. Si notas que tu perro tiene reticencia a moverse, cojea, le cuesta subir escaleras, se mueve de forma extraña, está menos activo o se queja si le tocas. El síntoma más evidente de que tu perro tiene algún problema articular es la cojera. Sin embargo, también pueden aparecer otros síntomas que indican que sufre dolor articular, como por ejemplo:

 

  • Tu perro se tumba y se levanta con dificultad.
  • No quiere subir o bajar escalones y tiene dificultades para entrar en el coche.
  • Es más lento en los paseos, no corre, no juega y no quiere caminar mucho.
  • Camina de forma extraña, con las patas de atrás muy juntas, o incluso cruzándolas.
  • Muestra dolor cuando lo tocas o cepillas, llegando a quejarse.
  • Se lame mucho las patas y articulaciones.
  • Lleva su cabeza o cola más bajas de lo normal.
  • Sus patas están rígidas o inflamadas por la zona de las articulaciones.

La mejor ayuda para el dolor articular dependerá de su situación particular. Siempre recomendamos consultar con el veterinario para encontrar la que mejor se adapte a cada caso. 

Por suerte, cada vez en más, tenemos nuevas soluciones para reducir los dolores articulares de nuestros perros y así mejorar su calidad de vida 🙂

 

 

 

 

Qué hacer ante un perro que arrastra los nudillos al andar

La manera de caminar de los perros puede verse afectada por numerosas dolencias. Pueden caminar mal por problemas en las articulaciones, o porque se han clavado un objeto extraño. Estos cambios en la manera de caminar sirven para detectar diversas patologías que no tienen otra manifestación externa. Por ejemplo, ante un perro que arrastra los nudillos se puede sospechar que sufre alguna dolencia relacionada con el nervio ciático.

Generalmente, este fenómeno se suele dar en las patas traseras del perro. Puede pasarle en una de las patas o en las dos. Y aunque no le impide caminar, sí que dificulta su deambulación. Además, se hará daño en la pata y sentirá dolor si camina mucho rato.

Por qué un perro arrastra los nudillos al andar

Los motivos por los que un perro arrastra los nudillos al andar pueden ser muy variados. Este problema puede deberse, por ejemplo, a problemas en el nervio ciático del animal. Pero también puede deberse a una lesión en la columna, a una mieloplasia o a una mielopatía degenerativa.

En cualquier caso, es importante acudir al veterinario en cuanto se detecte, de manera que pueda diagnosticarle correctamente y encontrar una solución. De otra manera, además del daño que ya pueda tener en la zona lumbar o en la columna, también se lo hará en las patas.

Qué hacer ante un perro que arrastra los nudillos al andar

Qué hacer para corregir el arrastre de los nudillos

Lo primero para intentar evitar esto es, como hemos mencionado, acudir al veterinario. Ante un perro que arrastra los nudillos al andar, el especialista recomendará un tratamiento tras el diagnóstico. Este podrá ser corrector o, si el animal tiene una enfermedad degenerativa, paliativo. En este último caso no se buscará corregir el problema, sino proporcionar al animal la mejor calidad de vida posible.

Además de la medicación o las precauciones que haya que tomar, el veterinario aconsejará diversas pautas para que el perro esté lo más cómodo posible. Entre ellas, que cuando el animal esté en casa tenga un sitio confortable para tumbarse. Y del que pueda levantarse con facilidad. Al doblar los nudillos, le puede costar levantarse, porque le fallará el agarre. Por eso, además de caerse, puede hacerse daño en la pata afectada.

Aparte de esto, también se puede colocar en la pata afectada el nuevo corrector propioceptivo. Este corrector sujetará los nudillos y dedos de la pata afectada para que pueda apoyarla correctamente.  Con él, el animal contará con la tensión adecuada en los puntos necesarios para evitar que los nudillos se le doblen. Podrá apoyar la pata sobre las almohadillas, con normalidad.

Eso sí, este tipo de correctores no se pueden llevar puestos de manera indefinida. En general, tal como aconsejará el veterinario, lo ideal es que al principio lo lleven puesto un periodo de tiempo corto. Por ejemplo, 15 minutos. Después se puede ir aumentando el tiempo que el animal puede llevarlo de manera gradual. Eso sí, en ningún caso se aconseja llevarlo puesto más de dos horas. Y en caso de que tenga que llevarlo tanto tiempo seguido, se aconseja proteger la pata con una bota especial.

El moquillo en los perros y su tratamiento

El moquillo en los perros es una enfermedad de tipo vírico de gravedad. Si bien la sintomatología es variada, una de las señales más claras es la debilidad en las patas traseras. En caso de contagio, debemos actuar con rapidez, ya que puede ser letal. Te contamos cuál es su tratamiento.

Qué es el moquillo en los perros y cómo se contagia

El virus RNA, perteneciente a la familia de los Paramyxoviridae, es el causante de una de las enfermedades más contagiosas y de mayor peligro. Más conocida como moquillo en los perros, se contraer por contacto directo con uno que esté infectado. Los síntomas no aparecen de manera inmediata ya que previamente hay un período de incubación entre 14 y 18 días.

No todas las cepas del moquillo en los perros tienen la misma virulencia. Por lo tanto, cada cuadro clínico tiene su propia gravedad y evolución. La réplica se produce en el tejido linfoide, y causa así la inmunodepresión en el animal. A partir de ahí va avanzando e infecta al sistema nervioso central. Al llegar a este punto es cuando podemos observar la debilidad en las patas traseras.

El moquillo en los perros afecta principalmente a los cachorros entre los 3 y los 6 meses, al tener su sistema inmune más débil. No obstante, también pueden contagiarse perros de una edad más avanzada.

Sintomatología del moquillo en los perros

Los síntomas iniciales del moquillo en los perros son muy variados, e incluyen la rinitis, las descargas mocopurulentas, la tos, la conjuntivitis, vómitos o diarrea, fiebre, deshidratación, anorexia o adelgazamiento y neumonía (debido a infecciones secundarias por bacterias), entre otros.

Cuando la enfermedad alcanza el sistema nervioso central aparecen otro tipo de síntomas. Estos son la encefalitis, que es la responsable de la debilidad en las piernas, temblores y diversas parálisis, así como convulsiones y ceguera.

La encefalitis, cuando afecta a los perros adultos, puede darse de dos maneras diferentes. En primer lugar, como encefalitis multifocal, cuya característica principal es la incoordinación, la cabeza ladeada, la parálisis facial y los temblores, así como la mencionada debilidad en las patas traseras. Este tipo de moquillo en perros aparece entre los 4 y los 8 años, y evoluciona hacia una parálisis, aunque pueden llegar a recuperarse.

En segundo lugar, cuando se trata de perros de edad avanzada, es decir, mayores de 6, aparece un déficit visual, así como depresión mental, modificaciones de la personalidad, torneo y también incapacidad para sostener la cabeza. La recuperación es compleja en estos casos.

El moquillo en los perros y su tratamiento

Tratamiento del moquillo en los perros

No existe actualmente ningún tratamiento específico para el moquillo en los perros. Aunque sí existe una manera de prevenir el contagio y que es a través de la vacunación. En el caso de que se produzca un contagio, es imprescindible el aislamiento para evitar propagar la enfermedad.

Para las infecciones secundarias se administrarán antibióticos, y para la sintomatología específica del moquillo en los perros, los antiinflamatorios y los antipiréticos. Existen también medicamentos para las convulsiones. Además de todo ello, nos aseguraremos de que el animal come y bebe para no deshidratarse.

En lo que respecta a la calidad de vida del animal, podemos ayudarle con la movilidad utilizando arneses específicos, así como sillas de ruedas llegado el caso. Si necesitas asesoramiento para elegir los adecuados, puedes ponerte en contacto con nosotros.

La parálisis en perros, que hace que el animal no pueda mover las patas traseras, las delanteras, o las cuatro, tiene diversos orígenes. La puede causar un traumatismo, pero también una enfermedad. También puede ser gradual o repentina, ser irreversible u ofrecer posibilidades de mejora o curación.

Silla de ruedas para perro Ortocanis

Silla de ruedas para perro Ortocanis

En cualquier caso, será necesario proporcionar al animal todos los cuidados necesarios para facilitar su recuperación. Para ello resulta fundamental conocer la causa de la parálisis para aplicar el tratamiento más adecuado. No sólo podríamos paliar sus síntomas, sino revertirlos en determinados casos, y de no ser posible, proporcionarle la mayor calidad de vida posible.

Principales causas de la parálisis en perros

Fundamentalmente, la parálisis en perros la provoca o bien un traumatismo o una enfermedad. Esta puede ser congénita o infecciosa. Entre las enfermedades congénitas que provocan parálisis en los perros, sobre todo en las extremidades posteriores, está una patología degenerativa de los discos intervertebrales. Los perros que la padecen, normalmente producto de la edad, van perdiendo movilidad, dado que la membrana que rodea a su médula espinal se va descomponiendo progresivamente.

En cuanto a las enfermedades infecciosas que provocan parálisis, hay dos que resultan especialmente peligrosas. Son la rabia y el moquillo. Por otro lado, puede que el animal que experimenta una parálisis tenga un tumor en alguna parte de su cuerpo que le afecte a la movilidad. Por ejemplo, si tiene uno en la espina dorsal, puede afectar a las extremidades.

Además, el perro puede sufrir parálisis por una lesión en el cuello o en la médula espinal. Generalmente, este tipo de lesiones son producto de un golpe fuerte o de un accidente. En estos casos, la parálisis suele ser permanente.

En muchas ocasiones el perro no desea moverse porque tiene dolor. Es común encontrarnos casos de lesiones de ligamentos o artrosis donde el perro evita utilizar la extremidad afectada. No hablaríamos de una parálisis en sí pero debemos conocer estos casos ya que son mas frecuentes. Normalmente veremos que el animal se queja si manipulamos la zona afectada. En estos casos el veterinario nos podría recomendar la utilización de una ortesis.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En otro orden de cosas, la parálisis en perros puede también ser psicológica, como producto de un shock. En estos casos, dado que no hay lesiones en la médula, la parálisis será temporal. La puede causar también la ingesta de alimentos en mal estado, contaminados con toxina botulímica. Incluso puede ocasionarla la picadura de algún insecto, puesto que hay animales que con una picadura pueden ocasionar parálisis en perros. Es el caso de algunas familias de garrapata.

Síntomas y tratamiento de la parálisis en perros

Además de imposibilidad de caminar, la parálisis en perros puede tener otros síntomas. Por ejemplo, las dificultades para levantarse. También puede ser un indicador que el animal no pueda orinar, o que tenga problemas para poder controlar la orina. En este último caso, esta goteará constantemente. Esto también puede sucederle al animal a la hora de defecar. Además, también puede caminar con dolor o como si estuviese mareado.

En estos casos, lo más recomendable es llevar al animal al veterinario para que lo examine y decida la mejor forma de ayudarle. En caso de que sufra incontinencia aparte de parálisis, habrá que mantenerlo lo más limpio posible. Así se evitará que el animal tenga infecciones (y olores no deseables). En estos casos se pueden utilizar pañales especiales para perros y abrigos protectores.

Por otra parte, hay que procurar que descanse de la manera más cómoda posible. Para ello es recomendable utilizar una cama ortopédica para perros. Además de proporcionarles un mejor descanso, estas camas están diseñadas para repartir el peso del animal, evitar puntos de presión y úlceras en la piel debido a un uso prolongado.

En cualquier caso, tener una parálisis no es en la actualidad un obstáculo para que los perros sigan moviéndose y disfrutando. Existen sillas de ruedas adaptadas a ellos, con las que, si cuentan con movilidad en las patas delanteras, pueden seguir caminando y moviéndose como si les funcionasen bien las cuatro patas.

Preguntas Frecuentes

Mi perro cojea de una pata, pero no le duele

Aunque tu perro no muestre signos de dolor, la cojera indica que algo no está bien. La cojera puede ser resultado de una lesión, una infección, una inflamación o incluso problemas articulares como la artritis. A veces, los perros ocultan su dolor debido a su instinto, así que es importante llevarlo al veterinario para un examen completo. El tratamiento variará según la causa, pero el descanso es generalmente recomendado en los primeros días.

Por qué mi perro no puede caminar con las patas traseras

La incapacidad para caminar con las patas traseras puede ser un signo de una condición grave como una enfermedad degenerativa del disco, problemas neurológicos, lesiones en la columna vertebral, o incluso una enfermedad vascular. Este síntoma requiere atención veterinaria inmediata para diagnosticar la causa subyacente y comenzar el tratamiento adecuado, que puede incluir medicamentos, cirugía, o terapia física.

Mi perro cojea de una pata delantera

La cojera en una pata delantera puede ser causada por varias razones, incluyendo lesiones (como esguinces o fracturas), infecciones, inflamación de las articulaciones, o problemas en las almohadillas de las patas. Es importante observar cualquier otro síntoma como hinchazón, enrojecimiento, o sensibilidad al tacto, y consultar a un veterinario para un diagnóstico y tratamiento adecuados. El reposo y evitar el esfuerzo físico son recomendaciones comunes hasta la consulta veterinaria.

Parálisis en perros por intoxicación

La parálisis causada por intoxicación en perros puede ocurrir debido a la ingestión de sustancias tóxicas como plantas venenosas, alimentos peligrosos (como chocolate o xilitol), o productos químicos. Este es un caso de emergencia que requiere atención veterinaria inmediata. El tratamiento depende de la toxina involucrada y puede incluir inducir el vómito, administrar antídotos, o brindar soporte vital hasta que la sustancia tóxica haya sido eliminada del cuerpo.

Tratamiento para perros con parálisis en las patas traseras

El tratamiento para la parálisis de las patas traseras depende de la causa subyacente. Las opciones pueden incluir cirugía, especialmente si hay una hernia de disco o una lesión en la columna vertebral; medicamentos para aliviar el dolor y la inflamación; y terapia física para ayudar a recuperar la movilidad. También se pueden recomendar ayudas para la movilidad, como sillas de ruedas para perros, para mejorar la calidad de vida del animal.

Mi perro tiene debilidad en las patas traseras y tiembla

La debilidad y el temblor en las patas traseras pueden ser síntomas de diversas condiciones, incluyendo problemas neurológicos, degeneración muscular, o incluso exposición al frío. Es crucial observar si estos síntomas están acompañados de otros cambios en el comportamiento o en la salud general del perro. Un veterinario puede realizar exámenes para identificar la causa y sugerir el tratamiento más adecuado, que puede variar desde medicamentos hasta terapia de rehabilitación.

Mi perro camina y se va de lado

Si tu perro camina inclinándose hacia un lado, esto puede ser indicativo de problemas de equilibrio, problemas neurológicos, o incluso dolor en alguna parte de su cuerpo que le impide caminar normalmente. Observar otros síntomas como inclinación de la cabeza, dificultad para levantarse, o falta de coordinación puede ayudar al diagnóstico. Es fundamental una evaluación veterinaria para determinar la causa y el tratamiento adecuado, que puede incluir desde medicamentos hasta ejercicios específicos de rehabilitación.

Recuerda, estos son puntos de partida informativos y nunca sustitutos de la consulta veterinaria. Cada caso es único, y solo un profesional puede ofrecer el diagnóstico y tratamiento

 

Toni Fernández

Director de Ortocanis

 

La fisioterapia es una de las terapias de recuperación que más beneficios puede aportar cuando existe una lesión. Pero no sólo a los humanos. La fisioterapia para perros también es recomendable para que estos animales puedan mejorar de sus patologías. Además, en muchos casos, les aporta el punto extra que les falta para poder recuperarse por completo.

La técnica de fisioterapia más adecuada para un perro será distinta en función de la patología que tenga. Entre las principales están, además de la clásica terapia manual, está el láser, los baños en agua, la magnetoterapia, la estimulación eléctrica o la terapia mediante la aplicación de calor. Pero ¿cuándo es necesario utilizarla?

Cuándo utilizar la fisioterapia en perros

Generalmente, la fisioterapia en perros suele ser bastante beneficiosa para los animales que han sufrido una operación. Especialmente, en los que han pasado por una operación relacionada con los huesos, ya sea de las extremidades o de la columna. Generalmente, sólo es necesario aplicársela a los perros adultos, puesto que los cachorros suelen recuperarse rápidamente de sus dolencias.

También para los animales que han perdido masa muscular de forma notable en las articulaciones de las patas. Y también de los perros que se van haciendo mayores, más propensos a sufrir achaques y dolores que los animales más jóvenes.

Con la fisioterapia, que se comenzó a popularizar hace aproximadamente una década, los perros pueden acelerar la recuperación de una operación o de sus lesiones. También aliviar patologías crónicas o el desgaste asociado a la edad.

Gracias a diferentes técnicas, los perros que reciban fisioterapia podrán aliviar sus dolores y ver cómo se reduce la inflamación de sus articulaciones y zonas afectadas por enfermedades. También mejorará la flexibilidad de los músculos y se rebajará el grado de atrofia de ligamentos y tendones. Y también verá acortarse su periodo de recuperación aproximadamente un 30%.

Perro con veterinario

¿Cómo son las sesiones de fisioterapia para perros?

Las sesiones de fisioterapia para perros son distintas en función del tipo de tratamiento que se deba aplicarles. Pero en general, siguen unas pautas comunes. Por lo general, cada sesión dura entre 30-40 minutos y una hora. Y en función del estado del animal y de la duración estimada del tratamiento, tendrá que recibir sesiones dos o tres veces por semana.

Además de recibir terapia en la consulta de un especialista en fisioterapia canina, los animales también pueden recibir en su casa fisioterapia manual mediante masajes. Estas sesiones se las puede dar su dueño, siempre que haya recibido previamente instrucciones para hacerlo.

Esta opción es la más indicada en caso de que el perro necesite un tratamiento continuado por el desgaste físico asociado a la edad. O cuando no permita que quien vaya a aplicarle el tratamiento manipule la zona en la que siente dolor.

Para intentar evitar esto último, no obstante, es importante que el dueño del perro esté presente cuando se le aplican sesiones de fisioterapia al animal. Así tendrá más confianza, estará más relajado, y bloqueará menos el acceso a la zona en la que sienta dolor.

Magnetoterapia para perros

La magnetoterapia es una forma de tratamiento que utiliza campos magnéticos para aliviar diversas condiciones de salud y promover el bienestar. En el caso de los perros, esta terapia no invasiva ha ganado popularidad por sus beneficios en el tratamiento de afecciones como la artrosis, lesiones musculares, fracturas que no cicatrizan adecuadamente, y para aliviar el dolor crónico. Aquí te detallo cómo funciona y sus posibles beneficios:

¿Qué es la Magnetoterapia?

La magnetoterapia utiliza imanes o dispositivos generadores de campos magnéticos para aplicar sobre el cuerpo. La idea es que estos campos magnéticos pueden mejorar la circulación sanguínea, reducir la inflamación, estimular la reparación de tejidos, y aliviar el dolor.

Beneficios de la Magnetoterapia para Perros

  • Alivio del Dolor: Es especialmente beneficiosa para perros mayores con dolores articulares o aquellos que sufren de condiciones como la displasia de cadera o artrosis.
  • Reducción de la Inflamación: Puede ayudar a reducir la inflamación en lesiones o áreas afectadas por enfermedades, promoviendo una recuperación más rápida.
  • Mejora de la Circulación Sanguínea: La estimulación de los campos magnéticos puede fomentar una mejor circulación, lo que es crucial para la salud general y el bienestar del animal.
  • Estimulación de la Reparación de Tejidos: Ayuda en la regeneración de tejidos dañados, lo cual es útil en el tratamiento de fracturas o lesiones musculares.

Consideraciones Importantes

  • Consulta Veterinaria: Antes de comenzar cualquier tratamiento de magnetoterapia, es esencial consultar con un veterinario para asegurar que es adecuado para tu perro, especialmente si tiene implantes metálicos o sufre de ciertas condiciones de salud.
  • Profesionales Calificados: Es recomendable buscar a un profesional calificado que tenga experiencia en la aplicación de magnetoterapia en animales para garantizar que el tratamiento sea seguro y efectivo.
  • Complemento, No Sustituto: La magnetoterapia debe considerarse como un complemento a los tratamientos tradicionales y no como un sustituto de la atención veterinaria convencional.

La miositis en perros es una de las enfermedades caninas que más afecta a su calidad de vida. No sólo porque puede afectar a su capacidad de moverse y realizar su actividad diaria habitual. También porque se trata de una patología muy dolorosa que les limita mucho. Se trata de una inflamación de uno o varios músculos que puede  afectar a diferentes partes del cuerpo. Su origen puede ser múltiple, y puede deberse tanto a heridas y roturas musculares como a un sobreesfuerzo. Pero también a los efectos de la edad.

Sobre todo afecta a animales domésticos de pelo corto, como diversas razas de perro. Se puede dar a cualquier edad, aunque aparece con más frecuencia en perros adultos y de más edad. Hay tres tipos: eosinofílica, reumática y purulenta.

Miositis en perros: principales causas, síntomas y tratamiento

Causas y síntomas de la miositis en perros

La miositis en perros puede deberse a varios motivos. Entre ellas, a una rotura muscular o a un hematoma, tanto producto de un golpe o una caída como de una actividad física excesiva o un salto desde una altura elevada. Pero también puede aparecer tras soportar una carga excesiva sin que el animal esté preparado para ello.

A veces también se da como consecuencia de la hipotermia que puede sufrir un perro cuando se encuentra en un entorno en el que hace un frío excesivo y sin estar preparado para ello. Entonces, los músculos tienen problemas para moverse, puesto que el frío los paraliza, y aparece la inflamación.

Cuando aparece en un perro mayor, se trata simplemente de los efectos de la edad, que les producen dolores y achaques varios. O bien por parásitos que anidan en los músculos y otras zonas móviles del organismo del animal, y ocasionan desplazamientos y erosiones.

Evidentemente, uno de los principales síntomas de que un perro tiene miositis, además de la dificultad de desplazamiento si afecta a las patas o a la zona de las articulaciones y la columna, es el dolor. Los perros afectados tendrán tanto dolor que generalmente no querrán moverse (o no podrán hacerlo), y gemirán de dolor. También rechazarán que se toque la zona afectada, e incluso las caricias, aunque sean suaves.

El perro puede encontrarse mejor a primera hora de la mañana después de dormir, pero ya aparecerá cansado. Y el dolor irá aumentando a medida que pase el día. Es especialmente indicativo de la presencia de miositis el dolor en la zona de la pelvis o del hombro, dos de los puntos en los que primero se manifiesta esta dolencia.

Además, la miositis presenta otros síntomas adicionales. Entre ellos, las dificultades para posar una pata o varias, la posición curvada de la espalda del perro, etc. Todo unido a una tensión evidente en la zona del cuello, producto de los dolores y las dificultades para moverse, y a la hinchazón de la zona afectada. También puede aumentar la temperatura corporal, y aparecer sangre en la orina. Y como consecuencia de todo esto, llegan el decaimiento y la pérdida de apetito.

Tratamiento de la miositis en perros

Cuando la miositis se detecta pronto, y se trata de una forma leve, bastará llevar al animal al veterinario para que le ponga un tratamiento adecuado tras dar con la causa de la enfermedad. Por lo general, estará completamente restablecido en un par de semanas. Pero cuando se trata de una miositis grave o se aplaza su tratamiento, puede tardar más en curarse, y le pueden quedar secuelas.

Entre estas secuelas está el acortamiento de los músculos afectados, la atrofia muscular y la paralización de una o varias extremidades. En estos casos, además de un tratamiento para eliminar el dolor y tratar de reparar en la medida de lo posible el daño, el perro puede necesitar rehabilitación y diversos apoyos para poder desplazarse. Estos van desde un protector para las extremidades afectadas hasta una silla de ruedas adaptada para casos más graves que impliquen la parálisis de las patas traseras.

Fisioterapia para animales: acelera su rehabilitación

La fisioterapia para animales son un grupo de terapias y técnicas que nos ayudan a acelerar la rehabilitación de nuestros amigos. Recomendada para una amplia variedad de lesiones y patologías, se está convirtiendo en una gran aliada para la recuperación.

Qué es la fisioterapia para animales

Tal y como para los humanos, la fisioterapia para animales es una técnica que sirve tanto para la prevención de lesiones como para la rehabilitación de las mismas. Además, debido a la amplia variedad de opciones, es capaz de tratar diferentes patologías musculoesqueléticas.

Se ha demostrado que la fisioterapia en animales es capaz de curar diversas condiciones. Con la reducción del dolor, de la inflamación y de la hinchazón, el cuerpo se ve más preparado para volver a desarrollar la fuerza muscular y recuperar así la movilidad perdida. El proceso de recuperación se ve reducido cuando se utilizan estas terapias.

La fisioterapia para animales está dirigida a tres categorías diferentes. Por un lado, los animales de pequeño tamaño, como son los perros y los gatos. En segundo lugar, los animales de tamaño grande, como podrían ser los caballos. Por último, los animales exóticos, como aquellos que participan en circos o que viven encerrados en zoológicos, en los que su condición física se ve seriamente dañada.

Beneficios de la fisioterapia para animales

La fisioterapia para animales debe llevarse a cabo cuando un veterinario lo indica. Se trata de una terapia complementaria que necesita ser supervisada. Algunos de los beneficios que se obtienen con este tratamiento son los siguientes:

  • Mejora de la calidad de vida cuando se ha perdido movilidad por algún tipo de lesión o enfermedad degenerativa

  • Ralentización de los procesos que dañan y degeneran la musculatura y la estructura ósea del animal. Ayuda también a tratar los espasmos musculares

  • Aumento del rendimiento y mejora del tratamiento para las lesiones de tipo musculoesquelético

  • Mejora de la energía y la vitalidad

  • Reducción del dolor en los músculos, tendones, ligamentos y articulaciones que han sufrido roturas y optimización de la reparación de las fracturas

fisioterapia para animales

Cómo son las sesiones de fisioterapia en animales

La fisioterapia en animales abarca diferentes tratamientos. La duración de estas sesiones está entre la hora y la hora y media en función de la técnica utilizada. Estas pueden ser pasivas o activas dependiendo del objetivo que tengamos.

Una de las técnicas utilizadas son los masajes. Además de la reducción de la tensión muscular y el dolor, se liberan endorfinas y se reduce el estrés. La fisioterapia en animales no solo mejora la condición física, sino que también ayuda al cuadro emocional.

La hidroterapia es también muy común para aquellos animales con problemas de articulaciones. Puesto que en el agua no cargamos con el peso del cuerpo, este tipo de fisioterapia para animales está indicado para aquellos cuya musculatura o estructura ósea está debilitada. La persona rehabilitadora se encargará de valorar la modalidad del nado, la intensidad y el tiempo.

La laserterapia o los ultrasonidos son también utilizados con mucha frecuencia para el tratamiento de patologías. La intensidad y la profundidad a la que se trabaje dependerá siempre del grado de la enfermedad y deberán siempre ser supervisados por un rehabilitador.

La fisioterapia para animales como parte de la rehabilitación puede mejorar considerablemente el proceso de recuperación de nuestro amigo. En nuestra tienda, puedes encontrar masajeadores y terapias de frío y calor que te ayudarán a conseguir estos objetivos.

La bursitis de codo es una dolencia más frecuente de lo que pensamos en los perros. Sobre todo en los que tienen tamaño mediano o grande y pelaje corto. No es mas que una inflamación de la bolsa en la que se encuentra el líquido sinovial de ciertas articulaciones. En concreto, de las que tienen un hueco entre los huesos que unen. Es en él en el que se encuentra esta bolsa, que envuelve a las articulaciones. Casi todas las articulaciones del cuerpo de humanos y animales son de este tipo, como la rodilla o el codo. Y es en esta última en la que con más frecuencia se suele dar la bursitis de codo en los perros.

Cómo detectar y tratar la bursitis de codo en los perros

Bursitis de codo en perros: diagnóstico y tratamiento

La aparición de una bursitis en el codo de la pata de un perro de manera espontánea es bastante rara. Normalmente aparecerá tras un golpe fuerte en la zona. O bien tras un golpe ligero pero que se da el animal de manera continua. Cuando se produce, es bastante evidente que al animal le pasa algo. La articulación se empieza a inflamar y el animal tiene problemas para caminar y moverla. Además, comienza a tener dolores.

Lógicamente, cuanto antes se detecte, menos gravedad alcanzará. Para ello conviene explorar con cierta frecuencia las patas del perro y, ante cualquier bulto extraño en sus articulaciones, acudir a un veterinario. Este examinará al animal y le prescribirá el tratamiento más adecuado.

Este tratamiento será distinto en función de diversas variables. Entre ellas, del estado de la bursitis, así como de la presencia o no de ciertas complicaciones. Por ejemplo, de una infección asociada. Por lo general, bastará con poner un vendaje en la extremidad afectada. También puede aconsejar el uso de una órtesis de codo para reducirla.

En los casos en los que haya infección, se tratará además con antibióticos. Si está avanzada, es posible que haya que drenarla, para lo que se empleará una aguja fina. Y si se trata de una bursitis grave, será necesario realizar una intervención quirúrgica para reducirla.

¿Cómo evitar la aparición de la bursitis?

Para prevenir en la medida de lo posible la aparición de la bursitis, hay que evitar los golpes repetitivos. Contra los bruscos y fuertes poco se puede hacer, pero al menos se pueden intentar los otros. Por ejemplo, los que se puede dar cuando se tumba en el suelo. Para evitarlos, se puede colocar una superficie blanda donde el perro acostumbra a echarse.

Evidentemente, si se hace de manera repentina, el perro lo rechazará. Sobre todo si es adulto y no está acostumbrado. Por lo tanto, cuanto antes se empiece a acostumbrarle a dormir sobre un cojín de los que se utilizan como camas para perros, mejor. A ser posible, debe comenzarse cuando el perro es aún un cachorro. Así será más sencillo. Si no lo acepta, se puede probar colocando una alfombra suave donde acostumbre a echarse.

También es aconsejable evitar, en la medida de lo posible, que el perro se eche sobre el asfalto. También sobre la tierra si no hay hierba o césped sobre ella, puesto que al ser dura y presentar una superficie irregular, puede hacerle daño en los codos y desembocar en bursitis.

Los perros que sufren una operación tienen que pasar por un periodo de descanso y cuidados para volver a su vida normal. Por lo tanto, la recuperación de perros requiere cuidados especiales que en muchos casos dependen del tipo de operación que han sufrido.

Independientemente de esto, habrá que tener en cuenta una serie de pautas a seguir cuando el animal sale del veterinario y llega a casa. De esta manera estará más cómodo y su recuperación le resultará más llevadera

Rodillera para perro

Qué hacer para ayudar a la recuperación de perros tras una operación

Mientras el perro está todavía en la clínica veterinaria, conviene ir acomodando su zona de descanso de acuerdo a su estado. Es conveniente mantenerlo especialmente limpio y ventilado. Y lo más tranquilo posible para que el animal pueda estar relajado y sin sobresaltos.

Durante los primeros días, y en función de la gravedad de la operación, es conveniente que no haga mucho ejercicio. Sólo debe salir para hacer sus necesidades. Y en estos casos, no hay que dejarle que se aleje.

También hay que tener mucho cuidado de su herida, y evitar que se la lama. Aunque en muchos casos, que un perro se lama una herida es bueno, si esta tiene puntos no es aconsejable. Podría quitarlos antes de tiempo, y la herida se abriría. Así que, si el animal comienza a lamerse la herida de la operación, hay que hacer todo lo posible para evitarlo.

La manera más sencilla es colocarle un collar que rodee su cabeza, con forma de campana abierta. Este collar, de plástico transparente, impide que pueda hacerlo, y es molesto para el perro. Sin embargo, es la mejor manera de evitar problemas con las heridas.

También hay que recordar darle la medicación que le hayan prescrito. Y hacer que beba abundante líquido. Sobre todo, en las horas posteriores a la operación, para que expulse la anestesia.

Limpieza de la herida

Además de cierta medicación, el veterinario recomendará al propietario de los perros operados cómo hay que cuidar la herida. Sobre todo, cómo tiene que limpiarla para evitar infecciones.

En general, habrá que utilizar para ello una solución antiséptica dos o tres veces al día. Y vigilar con atención la herida para que no haya problemas. Por supuesto, ante cualquier alteración que presente, hay que acudir al veterinario para descartar problemas.

Ayudas externas en operaciones de extremidades

Las operaciones en las extremidades son algunas de las más molestas para los perros. No pocas, además, tardan bastante tiempo en curar. Y algunas incluso requieren rehabilitación específica para que el animal pueda recuperar la movilidad en ella. Siempre y cuando, claro está, que la herida ya esté completamente cerrada y cicatrizada.

En estos casos, el perro puede necesitar algún tipo de soporte o de protector no sólo para evitar hacerse daño. También para poder tener más firmeza en el uso de la pata afectada. Por ejemplo, en el caso de fracturas óseas, puede ser aconsejable ponerle una férula. O sencillamente, un protector o un soporte, que puede ser de rodilla, carpo, tarso, cadera, etc. Con ellos, el perro se sentirá más seguro a la hora de desplazarse.

A medida que se van haciendo mayores, los perros también tienen sus achaques. Entre ellos, la artritis, una enfermedad que sufren aproximadamente uno de cada cinco perros. La artritis afecta a las articulaciones y hace que a los perros afectados se les inflamen una o varias patas. La artritis en perros hará no sólo que caminen mal. También les provocará bastantes dolores.

Esta enfermedad es degenerativa y en muchos casos no tiene cura, pero al menos puede tratarse para que avance lo más lento posible. Sobre todo, si se diagnostica en sus fases tempranas. Entonces se pueden tomar medidas para paliar sus efectos, y para mejorar la calidad de vida del animal. Pero para conseguirlo, es básico detectar cuanto antes sus síntomas.

artritis en perros

Principales síntomas de la artritis en perros

Entre los principales síntomas de la artritis en perros está la dificultad que los afectados tienen para levantarse y tumbarse. También pueden tener mayor o menor rigidez en las patas afectadas. Porque pueden tener afectadas una o varias.

Además, se muestran reticentes a la hora de subir escaleras, ni quieren saltar. También pueden dejar de realizar ciertos movimientos que antes hacían habitualmente. Paralelamente, se pueden escuchar ruidos cuando dobla las patas. Y la inflamación puede ser visible, lo que facilita la detección de la enfermedad.

Lo normal es que el perro también tenga dolores, lo que hará que se queje. En cualquiera de estos casos, conviene consultar con el veterinario para que pueda diagnosticar correctamente la dolencia.

También hay que tener en cuenta que la artritis en perros no sólo se da en animales de cierta edad. También puede afectar a perros más jóvenes. En estos casos, la artritis suele deberse a una lesión, y también a un golpe fuerte.

Tratamiento de la artritis en perros

Como hemos comentado, siguiendo ciertas pautas y tratamientos, la artritis en perros puede aliviarse y frenarse. También evitar en gran parte los dolores que provoca.

Generalmente, lo primero que hará el veterinario tras el diagnóstico de la artritis es ponerle un tratamiento a base de fármacos. Entre ellos habrá analgésicos para el dolor, y también antiinflamatorios. Eso sí, el tratamiento dependerá de cada animal y también de lo avanzado de la enfermedad.

También se suele recomendar que el perro tome algún suplemento alimenticio, enfocado a la regeneración de los cartílagos que hayan sufrido daños. Entre ellos, los que tengan Omega 3. En muchos casos pueden aliviar la inflamación y hacer que el estado de las patas afectadas mejore. Y en últimos casos, y si la artritis está generalmente muy avanzada, el veterinario puede recomendar una operación.

Además de los tratamientos propuestas por el veterinario, también se pueden tomar ciertas medidas para facilitar la vida cotidiana del perro. Por ejemplo, hay que vigilar su dieta para evitar que engorde y sobrecargue las articulaciones. También hay que intentar que haga algo de ejercicio suave a diario. Por ejemplo, caminar entre 15 o 30 minutos todos los días. También le vendrá bien nadar.

En caso de que la enfermedad provoque dolores al perro, y dificultad para moverse, es aconsejable que utilice protectores u órtesis en los codos o rodillas de las patas afectadas. Con ellas, la extremidad estará más segura, y el perro tendrá menos dolores.

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