Hoy en día, gran parte de los amantes del mar tenemos perros y muchas veces no sabemos qué hacer con ellos durante nuestras visitas a la playa. Nuestros amigos de cuatro patas siempre están contentos cuando llegamos a casa y les entusiasma compartir momentos junto a nosotros así que ¿porqué no podríamos introducirlos al paddle surf?

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El mero hecho de compartir una actividad con ellos no sólo les cansa y les motiva a trabajar sino que también crea un vínculo junto a nosotros en el que podemos ganar mucha confianza con nuestro perro.

Nuestra preparación

Antes de empezar debemos tener presente cuál es nuestro objetivo. En nuestro caso es conseguir que podamos disfrutar de un paseo por aguas tranquilas con nuestro perro. Esto va a llevar un esfuerzo y no todos los días vamos a salir igual de contentos de nuestro entrenamiento.

A Algunos perros les encanta el agua y no tienen ningún miedo de las olas, otros su confianza total con el dueño les lleva a hacer cosas impensables como saltar de una pared y esperar que el propietario los coja al caer. Ahora bien, nos pondremos en la situación más crítica, entrenar a un perro que no le gusta nadar y aún menos enfrentarse a situaciones impredecibles, como es el caso de Nik.

Así que partiendo de las anteriores premisas debemos tener presente que para nuestro perro esta actividad debe ser divertida y por lo tanto nunca puede comportar un castigo, siempre debe haber un premio. Esto les motivará y fortalecerá el deseo de poder compartir un buen paseo de paddle surf con su dueño.

Es importante empezar trabajando dos aspectos: el primero es la motivación para interactuar con el agua, debemos conseguir que se familiarice con este medio, por ejemplo, en lagos o ríos donde no hay oleaje. Allí podemos correr junto a él por la orilla o tirarle algún muñeco para que vaya a buscarlo. Y el segundo, empezar a trabajar con la tabla de paddle surf en el suelo.

Empezando en tierra

Paddle Surf con perrosLa idea de empezar trabajando con la tabla en tierra es para que nuestro perro poco a poco se siente seguro en ella y coja confianza, de tal manera que utilizaremos el refuerzo positivo. Cuantas más experiencias positivas tenga nuestro perro con la tabla en tierra, más seguro se sentirá cuando esta actividad se vuelva un reto mayor para él.

Primero podemos dejar la tabla en el suelo y dejar que el perro experimente y explore. Después de un rato, podemos poner alguna chuche o juguete encima para motivarle que se acerque aún más y suba. Justo en el momento que suba encima de la tabla debemos premiarle de tal manera que él entenderá que estamos contentos y él obtiene un premio cuando realiza esta acción.

Cuando observamos que nuestro perro ya sube confiado podemos introducirle ciertas ordenes, ya sea para indicarle que suba o baje como también para que se sienta o se tumbe encima de la tabla, ya que esto es lo que necesitaremos una vez estemos dentro del agua. Poco a poco debemos empezar a ponernos nosotros detrás de él mientras esté sentado o tumbado y le podemos exigir que esté durante un periodo de tiempo más largo en dicha posición.

Nuestro último paso antes de ir al agua es familiarizarle con una armilla salvavidas para perro fuera del agua. El perro debe asociar que la tabla y la armilla van juntas así que seguiremos trabajando las anteriores órdenes con la armilla puesta.

En este punto muchos os preguntaréis porque utilizar una armilla para el perro. Primero de todo, debemos tener presente que si queremos salir al agua podemos caernos y debemos poder asegurar la vida de nuestro amigo, de tal manera que nos ayudará tanto si se da un golpe como si queremos volverlo a subir en la tabla. Muchas de las armillas que venden tienen un asa para poder coger el perro, así que podremos subirlo con facilidad.

Vamos al agua

Primero de todo es importante que nosotros dominemos el paddle surf antes de montar a nuestro perro. Cuando esto ya lo tengamos consolidado es el momento de buscar un lago o un rio con agua calmada para llevarle en sus primeros días.

Antes de ponernos directamente en el agua es importante que trabajemos un poco la rutina creada en el suelo para que el perro se habitúe al cambio y al nuevo ambiente.  Posteriormente podemos hacer nuestros primeros pasos en el agua:

Paso 1: Conseguir que el perro suba encima: Para ello situaremos la tabla bien cogida cerca de la orilla y la mantendremos lo más quieta posible, daremos la orden para que suba encima de ella y premiaremos en el momento de montarse ya que se balanceará. Continuaremos premiando a medida que el perro esté encima de la tabla (no hace falta que sea con las cuatro patas) y poco a poco le iremos pidiendo que esté todo él encima de la tabla. Si está tranquilo podemos mover la tabla despacio. Por último, daremos la orden para que baje de ella y en ese momento lo premiaremos con mucho entusiasmo ya que ha conseguido un gran logro.

Paso 2: Conseguir que los dos estemos encima de la tabla: Para conseguirlo nos sentaremos en el centro de la tabla, le daremos la orden para que suba y después la orden para sentarse. Posteriormente podemos remar como si lleváramos un kayak o si somos dos personas, una puede subirse en la parte trasera y pasearnos mientras nosotros seguimos trabajando la seguridad del perro.

Si nos sentimos los dos seguros, con movimientos muy suaves y lentos podemos ponernos de rodillas y seguir rodeando a nuestro perro que está sentado. Nuestro último paso será ponernos de pie encima de la tabla con el perro sentado entremedio de nuestras piernas. Si estamos solos debemos continuar con mucha suavidad pero si contamos con ayuda podemos levantarnos e invitar al perro a subir mientras que nuestro compañero nos aguanta la tabla.

En todo momento, paciencia y calma. Nuestro perro nos indicará cuando está preparado para el siguiente paso y de esta manera podremos ir afrontando retos junto a él. Si nosotros disfrutamos y ellos disfrutan cada vez podremos introducirle en nuevos ambientes y poco a poco compartiremos más actividades en el mar con nuestros amigos, como por ejemplo surfear una ola.

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Principales síntomas de la hernia de disco en perros

Los perros pueden sufrir, en muchos casos, enfermedades óseas y articulares que también sufren los humanos. Por ejemplo, la hernia de disco. Esta dolencia, que es degenerativa, se caracteriza por la salida de los discos intervertebrales de la columna de su lugar. También por su abultamiento. La salida de los discos de su canal, que además causa una compresión en la médula espinal del animal, es lo que genera la  hernia de disco en perros.

Este tipo de hernias, que son de diagnóstico complicado, puede ocasionar no sólo dolores a los perros. También dificultades para caminar. Incluso, si es muy grave, puede provocar la parálisis de las patas al animal. Generalmente de las traseras. Para evitar que llegue a esos extremos, lo mejor es diagnosticar al animal correctamente y cuanto antes.

Lo malo es que los síntomas suelen ser complicados de identificar. En ocasiones, además de una radiografía, habrá que hacer otras pruebas al perro para asegurar el diagnóstico. En cualquier caso, ante la duda, lo mejor es consultar con un veterinario para evitar dolores y problemas de movilidad al perro.

Principales síntomas de la hernia de disco en perros

Primeros síntomas de la hernia de disco en perros

El principal síntoma de la hernia de disco en perros que se produzca mediante la protrusión o abultamiento de los discos será un bulto. Podrá variar en dimensión, pero será evidente. Además, el perro sufrirá dolor en la zona. Y tocar el bulto, que será la hernia, puede hacerle, al igual que le pasa a los humanos, «ver las estrellas».

En caso contrario, cuando el disco se desplaza hacia el interior del cuerpo, hablamos de extrusión. La hernia no será tan evidente a la vista. Eso sí, veremos que el animal tiene dolores. Y eso sólo en la primera fase de la dolencia, cuando el animal tiene una hernia de disco de grado I. Cuando está más avanzada, la hernia de disco tiene otros síntomas.

Hernia de disco en perros de grado II o III

Cuando la hernia va haciéndose más grave (grado II), se comienza a producir la compresión de la médula. El perro comenzará entonces a tener problemas de movilidad. Y la médula ósea estará a punto de estar afectada. Esto sucederá en la hernia de disco de grado III.

En ese momento comienza a haber daños neurológicos en la médula. La hernia, tanto si se produce hacia el interior del organismo como si sale hacia afuera en un bulto, comprimirá bastante la médula. Entonces el perro tendrá una falta de fuerza en las extremidades posteriores bastante evidente. A esto, que suele afectar a las dos patas de atrás del animal, se le denomina paresia.

Hernia de disco de grado IV o V en perros

Cuando la hernia de disco en perros ya es muy grave, la paresia provoca grandes dificultades al perro para mover sus patas traseras. En algunos puntos puede que incluso queden completamente paralizadas. En este caso, el animal tendrá que comenzar a utilizar una silla de ruedas específica para perros para poder desplazarse.

En este punto, el de la hernia de disco de grado IV, no es lo único que le puede pasar al perro. También puede que la hernia llegue a afectarle a los esfínteres. Entonces tendrá problemas de retención de orina.

Ya si la hernia es de grado V, el caso más grave, la parálisis de las patas traseras será total. Además, la incontinencia urinaria será inevitable. Aparte de esto, tendrá una falta de sensibilidad completa en las patas.

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A medida que se van haciendo mayores, los perros también tienen sus achaques. Entre ellos, la artritis, una enfermedad que sufren aproximadamente uno de cada cinco perros. La artritis afecta a las articulaciones y hace que a los perros afectados se les inflamen una o varias patas. La artritis en perros hará no sólo que caminen mal. También les provocará bastantes dolores.

Esta enfermedad es degenerativa y en muchos casos no tiene cura, pero al menos puede tratarse para que avance lo más lento posible. Sobre todo, si se diagnostica en sus fases tempranas. Entonces se pueden tomar medidas para paliar sus efectos, y para mejorar la calidad de vida del animal. Pero para conseguirlo, es básico detectar cuanto antes sus síntomas.

artritis en perros

Principales síntomas de la artritis en perros

Entre los principales síntomas de la artritis en perros está la dificultad que los afectados tienen para levantarse y tumbarse. También pueden tener mayor o menor rigidez en las patas afectadas. Porque pueden tener afectadas una o varias.

Además, se muestran reticentes a la hora de subir escaleras, ni quieren saltar. También pueden dejar de realizar ciertos movimientos que antes hacían habitualmente. Paralelamente, se pueden escuchar ruidos cuando dobla las patas. Y la inflamación puede ser visible, lo que facilita la detección de la enfermedad.

Lo normal es que el perro también tenga dolores, lo que hará que se queje. En cualquiera de estos casos, conviene consultar con el veterinario para que pueda diagnosticar correctamente la dolencia.

También hay que tener en cuenta que la artritis en perros no sólo se da en animales de cierta edad. También puede afectar a perros más jóvenes. En estos casos, la artritis suele deberse a una lesión, y también a un golpe fuerte.

Tratamiento de la artritis en perros

Como hemos comentado, siguiendo ciertas pautas y tratamientos, la artritis en perros puede aliviarse y frenarse. También evitar en gran parte los dolores que provoca.

Generalmente, lo primero que hará el veterinario tras el diagnóstico de la artritis es ponerle un tratamiento a base de fármacos. Entre ellos habrá analgésicos para el dolor, y también antiinflamatorios. Eso sí, el tratamiento dependerá de cada animal y también de lo avanzado de la enfermedad.

También se suele recomendar que el perro tome algún suplemento alimenticio, enfocado a la regeneración de los cartílagos que hayan sufrido daños. Entre ellos, los que tengan Omega 3. En muchos casos pueden aliviar la inflamación y hacer que el estado de las patas afectadas mejore. Y en últimos casos, y si la artritis está generalmente muy avanzada, el veterinario puede recomendar una operación.

Además de los tratamientos propuestas por el veterinario, también se pueden tomar ciertas medidas para facilitar la vida cotidiana del perro. Por ejemplo, hay que vigilar su dieta para evitar que engorde y sobrecargue las articulaciones. También hay que intentar que haga algo de ejercicio suave a diario. Por ejemplo, caminar entre 15 o 30 minutos todos los días. También le vendrá bien nadar.

En caso de que la enfermedad provoque dolores al perro, y dificultad para moverse, es aconsejable que utilice protectores u órtesis en los codos o rodillas de las patas afectadas. Con ellas, la extremidad estará más segura, y el perro tendrá menos dolores.

Ayudas para perros con artrosis

Todo lo que necesitas saber sobre la rehabilitación para perros

Si tu mascota tiene una lesión y quieres acelerar su recuperación, tal vez te interese la rehabilitación para perros. Hoy te contamos todo lo que necesitas saber sobre estos tratamientos.

No hay nada peor que ver a nuestro mejor amigo sufrir. Un perro lesionado está más inactivo que de costumbre. Se le nota el dolor en los movimientos, cómo quiere correr y saltar como siempre y la tristeza que le produce no poder hacerlo. En esos momentos, harías lo que fuera por ayudarlo a volver a estar sano. ¿Te has planteado la rehabilitación para perros?

Todo lo que necesitas saber sobre la rehabilitación para perros

¿En qué consiste la rehabilitación para perros?

Al igual que ocurre con los humanos, la rehabilitación para perros consiste en una serie de ejercicios y tratamientos coordinados con un profesional fisioterapeuta. Estos tratamientos están pensados para aliviar el dolor de la lesión, acelerar la recuperación y dar pautas y ejercicios para fortalecer la parte afectada para recuperar la normalidad. Hay varios tipos de terapia de rehabilitación para perros. Algunas son terapias de calor, masajes, ejercicios con equipamiento de pilates, con circuitos… ¿Te sorprende? Los tratamientos de rehabilitación para perros son muy parecidos a los de los humanos. Porque, al fin y al cabo, no somos tan distintos de nuestros amigos de cuatro patas.

¿Para qué sirve la rehabilitación para perros?

Tal vez te estés preguntando: «De acuerdo, eso suena bien, quiero que mi perro se recupere lo antes posible. Pero ¿de verdad funciona la rehabilitación para perros? ¿Qué puede ofrecerle un terapeuta a mi mascota?». Bien, debes saber que la rehabilitación para perros tiene muchos beneficios para tu mejor amigo.

  • Disminución del dolor. Gracias a los masajes y a terapias como la de calor, los músculos y huesos de los perros se alivian y se relajan. De esta forma, perros con males como una hernia discal u otras lesiones pueden empezar a fortalecer de nuevo sus partes dañadas gracias a una actividad que ya no será tan dolorosa.
  • Retraso de la atrofia. La inmovilidad de una lesión acaba causando otros problemas asociados, como la atrofia o el aumento de peso. Con la rehabilitación para perros mantendrás a tu mascota en movimiento y en forma. En cuanto esa lesión se le cure, estará listo para volver a correr.
  • Reeducación del movimiento. Algunas lesiones físicas o psíquicas dañan seriamente la movilidad de nuestras mascotas. La rehabilitación para perros puede activar los músculos dañados, recuperar el equilibrio y mejorar la coordinación. Incluso se han dado casos de perros con movilidad reducida por, por ejemplo, lesiones neurológicas que, con mucho trabajo y cariño de su dueño y el terapeuta, han podido volver a ser independientes y activos.

Como ves, son múltiples los beneficios de la rehabilitación para perros. Con la ayuda de un terapeuta profesional, podrás mejorar mucho la calidad de vida de tu mascota. No dejes que esa lesión le impida llevar una vida feliz y activa. Si tu perro está sufriendo las secuelas de una lesión, no lo dudes más. Contacta con un centro especializado en rehabilitación para perros y cuida de su salud desde hoy mismo.

¿Has visto alguna vez a alguien paseando a un perro llevándolo sujeto con un arnés terapéutico? Hoy te explicaremos las propiedades del arnés para perros.

Cuando se habla de un arnés para perros, probablemente estés pensando en ese sistema de sujeción alternativo al collar. Y sí, efectivamente, eso también es un arnés. Pero hoy queremos hablarte de un tipo de arnés para perros muy especial. ¿Quieres saber por qué?

Porque esos arneses permiten a los perros recuperar su movilidad. Gracias a esos artilugios, nuestros mejores amigos pueden sobreponerse a las lesiones, acelerar la rehabilitación y tener toda la alegría de cuando están sanos. ¿Quieres saber cómo?

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Arnés para perros terapéutico: ¿cómo funciona?

El arnés para perros con propiedades terapéuticas funciona, por así decirlo, como una sujeción para el perro. El dueño le pasa por debajo de la parte del cuerpo que tiene la movilidad dañada (patas traseras, patas delanteras) de manera que queden las asas hacia arriba. De esta forma, se crea un efecto de sujeción. El dueño carga con parte del peso del perro para que este no sea un impedimento.

Esto hace que el perro se note más ligero y recupere parte de su agilidad. Imagina, por ejemplo, un perro con una pata trasera dañada. Cada vez que carga su peso, se hace daño, por lo que deja de hacer ejercicio y al final todo su cuerpo se resiente. Cada vez es más difícil que ese perro recuperer su buen estado de salud.

Con un arnés para perros para las patas traseras, el dueño de ese perro le descarga de parte de su propio peso. De esa forma, al no tener nada que presione su lesión, el perro puede volver a ejercitar la musculatura sin forzarla. Gracias a ello, recuperará mucho antes la movilidad y los días de la lesión serán un recuerdo lejano.

Perros que no recuperarán la movilidad

Pero hay otro tipo de perro que puede beneficiarse del arnés para perros: aquellos que nunca recuperarán su movilidad. Las sillas de ruedas para perros les dan la posibilidad de moverse con libertad y tener una vida digna y relativamente cómoda, pero, al fin y al cabo, van unidos a algo que se les hace incómodo y pesado.

arnes-de-soporte-para-perroUn arnés para perros es una forma de devolverle de vez en cuando esa sensación de libertad. Gracias a la sujeción de su sueño, el perro tiene la sensación de poder volver a correr de manera autónoma sobre sus cuatro patas. Verás cómo tu mejor amigo se agita con felicidad al volver a sentirse libre y ligero para correr y jugar durante un rato. Un rato que para él lo significa todo.

Los perros necesitan moverse para poder llevar una buena vida. No se trata solo de la alegría que sienten al correr y jugar. Una buena actividad física es crucial para evitar que se lesiones, se atrofien o contraigan enfermedades relacionadas con el sedentarismo. Un arnés para perros es una excelente manera de darle a tu mascota la oportunidad de vivir más sano y más feliz.

Lesiones caninas más habituales

Los perros, por sus particularidades físicas y de movimiento, tienen más tendencia a desarrollar ciertas lesiones a lo largo de su vida. Sigue leyendo para estar prevenido sobre las lesiones caninas más habituales.

Los perros suelen y deben llevar una vida activa. El movimiento les ayuda a prevenir la obesidad, el sedentarismo y la depresión. Sin embargo, su actividad física y sus particularidades fisiológicas hacen que nuestros mejores amigos acaben desarrollando ciertas lesiones caninas con el paso del tiempo. La mejor manera de ayudarlos es estar prevenido sobre estas lesiones caninas y permanecer atentos para poder identificar las primeras señales de dolor o molestia de nuestras mascotas. Sigue leyendo para tener toda la información sobre lesiones caninas que puedas necesitar.

Lesiones caninas más habituales

Lesiones caninas más habituales

Aunque los perros tienen tendencia, por la genética de la raza a la que pertenecen, de sufrir más unas lesiones caninas que otras, hay ciertas partes especialmente propensas a acusar el daño de malas caídas, contusiones o los desgastes de la edad.

Lesiones de articulaciones

Las articulaciones de los perros están especialmente expuestas a las lesiones caninas. Una mala caída al saltar o un traumatismo (causado al chocar contra un obstáculo, al jugar con otro perro o por cuestiones más graves, como un atropello) pueden causar distintas lesiones caninas. Algunos ejemplos son las dislocaciones o roturas de huesos. Mención aparte merecen las lesiones caninas de cadera. Las caderas de los perros sufren especialmente con todos estos traumatismos. Pero, además, la edad desgasta gravemente las caderas de los perros, pudiendo causarles hernias discales muy dolorosas. Las indicaciones de este tipo de lesiones son los problemas de movilidad y los signos de dolor al desplazarse.

Lesiones musculares

Estas lesiones caninas se dan especialmente cuando se pasa de una actividad física menor a una mayor. Es una de las llamadas “lesiones caninas de primavera”. Esto se debe a que los perros suelen estar más inactivos durante los meses de invierno, debido al mal tiempo y al frío, que no invitan a mantener el mismo ritmo de salidas a la calle y actividad física. Con la llegada del buen tiempo, muchos perros retoman con alegría su actividad. Sin embargo, sus músculos, tendones y ligamentos han pasado un tiempo de inactividad que ha resentido su resistencia. Esto puede provocar traumatismos de los tejidos blandos, además de dolor cervical y de cuello. Algunos signos de estas lesiones caninas son la rigidez y la cojera.

Lesiones de uñas

Los perros utilizan las uñas para intentar escavar, arañar superficies y jugar con otros perros. Dada su naturaleza curiosa y exploradora, muchos perros, especialmente cachorros, intentan escarbar en superficies duras, como el cemento, y acaban fracturándose las uñas. Especialmente si no se han cortado con regularidad y están demasiado largas. Estas lesiones caninas son muy dolorosas. Si notas que tu perro cojea, sangra o se lame excesivamente las patas, es posible que este sufriendo de estas lesiones caninas.

No puedes evitar que tu perro se lesione. Lo que sí puedes hacer es estar informado de las lesiones caninas que puede sufrir y estar atento a las señales de dolor. Si piensas que tu perro puede estar sufriendo una de estas lesiones caninas, llévalo al veterinario lo antes posible. Él podrá asesorarte sobre la dolencia y empezar el tratamiento para que tu mejor amigo vuelva a estar sano y feliz.

Ayudas para perros con artrosis

Hernia discal en perros: consejos para ayudar a tu mascota

La hernia discal en perros es una enfermedad dolorosa. Muchos dueños quieren ayudar a sus mascotas, pero no saben cómo. ¿Es este tu caso? Sigue leyendo y descubre cómo ayudar a tu perro con su hernia discal.

Si tienes un perro con muchos años de vida o de ciertas razas específicas (como los beagles o los caniches), tu mascota puede haber sufrido una hernia discal en perros o está en riesgo de padecerla. Esta enfermedad es dolorosa y puede provocar problemas en la movilidad, parálisis en ciertas zonas de su cuerpo, descontrol de la vejiga…

Muchos dueños de perros sufren al ver a sus mejores amigos en esa posición, pero no saben cómo ayudarlos. En este artículo queremos darte algunos consejos para que hagas que la recuperación de la hernia discal en perros sea más llevadera.

Hernia discal en perros: consejos para ayudar a tu mascota

Hernia discal en perros: consejos para ayudar a tu perro

1. En caso de duda, lleva a tu mascota al veterinario

La hernia en perros puede producirse por varios motivos. Algunas veces son hernias discales degenerativas producidas por la edad. Y algunos perros tienen una tendencia genética a contraerlas. Pero a veces se producen por la actividad. Un salto o una mala caída pueden provocar una hernia discal en perros. Si notas cualquier tipo de cojeo o dolor en tu perro, llévalo al veterinario. Manifiéstale tus dudas y pídele que le haga un chequeo completo al perro. La prevención puede evitarle a tu perro una rehabilitación molesta y dolorosa e incluso una intervención quirúrgica.

2. Seguir el programa que le receten a tu perro

La hernia discal en perros lleva incorporada una rehabilitación que incluye ejercicios y medicación. Esto puede suponerte a ti como dueño de un perro una molestia, pero recuerda. Tu perro es un amigo fiel y se merece lo mejor. Sigue al dedillo las pautas que te recete el veterinario y verás cómo mejora su estado de salud. Algunos ejercicios que puedes hacer son los paseos en cinta de correr, estimulación, aplicación de calor en la zona afectada mediante una lámpara infrarroja… El veterinario es el experto, por lo que deberías consultarle cualquier duda sobre el tratamiento que pueda surgirte.

3. Complementa el tratamiento con métodos alternativos

Una advertencia: un tratamiento alternativo es un complemento a la terapia que mande el veterinario. En ningún caso sustituyas la medicación o los ejercicios de rehabilitación por una terapia alternativa.

Sin embargo, se ha demostrado que ciertas técnicas ayudan a aliviar a las mascotas durante su recuperación de una hernia discal en perros. La fisioterapia animal o la electroterapia pueden ayudar a acelerar los efectos de la terapia veterinaria y a hacerla menos desagradable para tu perro.

4. Adquiere equipamiento especializado

Algunos complementos, como las sillas de ruedas para perros, abrigos térmicos, los comederos especiales o rampas para ayudarle a subir al sofá o al coche pueden hacer más fácil la rehabilitación de la hernia discal en perros.

Los perros son criaturas fieles que están a nuestro lado cuando más lo necesitamos. Dale el mismo trato. Ayúdale cuando se enfrente a los dolores de la hernia discal en perros y verás como vuelve la alegría de tu mascota al hogar.

Si tu perro tiene problemas de movilidad o lesiones, ¿te has planteado adquirir una silla de ruedas para perros? A continuación te contamos los 3 beneficios de adquirir una silla de ruedas para perros.

Es posible que alguna vez hayas visto a perros en sillas de ruedas y hayas sentido cierta congoja. Las mascotas parecen pequeñas y desvalidas en las sillas de ruedas para perros. Su movilidad ya no es la misma, no pueden saltar y echar a correr como antes y hay que adaptar la vivienda para que el perro pueda moverse con comodidad.

Sin embargo, para el perro una silla de ruedas no es un castigo. Más bien al contrario. Plantéatelo así: la silla de ruedas para perros es un aparato que permite que los animales que ya no pueden moverse con comodidad se sobrepongan al dolor y los impedimentos físicos y vivan una vida lo más plena y feliz posible.

Si piensas que tu mascota necesita una silla de ruedas para perros y sufres ante la idea de adquirir una, no te preocupes más. Hoy queremos contarte los 3 beneficios de las sillas de ruedas para perros. Mejora hoy mismo la vida de tu mascota y disfruta con ella de muchos años de alegría.

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Los 3 beneficios de adquirir una silla de ruedas para perros

1. Evitan el dolor

Imagínate que tu perro tiene una lesión en una de las patas traseras que le hace cojear. La silla de ruedas para perros le permite volver a correr y a disfrutar de los paseos y de socializar con otros perros sin dolor. Además, dado que ya no forzará la pata de perro lesionada, acelerará su recuperación. Antes de que te des cuenta, tu mejor amigo volverá a estar en plena forma tirando de la correa cuando lo saques de paseo.

2. Recuperan la movilidad

Algunos perros, especialmente los más mayores o aquellos con una tendencia genética, sufren de hernia discal en perros. Uno de los síntomas es la pérdida de movilidad y la parálisis de algunas partes del perro. Esto les impide llevar una vida sana y feliz. Las sillas de ruedas para perros les permiten esquivar este impedimento y volver a disfrutar de toda la diversión de los paseos y la socialización con otros perros. Igual que pasa con los humanos, la silla de ruedas para perros puede hacer que tu mascota recupere su independencia y evite los obstáculos de una mala movilidad.

3. Son adaptables

Las sillas de ruedas para perros pueden adaptarse a los distintos tamaños, a las necesidades de tu perro y a casi todos los terrenos. Tu perro no tendrá que renunciar a la playa o a la montaña y podrá seguir llevando el mismo tren de vida que antes de la lesión.

La silla de ruedas para perros es un complemento que no les encierran en amasijos de metal. Al contrario. Les permite volver a correr y a llevar vidas sanas, plenas, lejos del sedentarismo y la infelicidad que tendrían sin ellas. No te lo pienses más y adquiere para tu perro una silla de ruedas con la que pueda volver a jugar y a ser feliz.

Síntomas para detectar artrosis en perros que debes conocer

Al igual que les pasa a los humanos cuando se van haciendo mayores, también puede darse la artrosis en perros. Con la edad, sus articulaciones comienzan a sufrir por el paso del tiempo y la edad. Y su desgaste puede acarrearles artrosis.

Esta afección, al igual que los humanos, aparece en los perros debido al desgaste de los cartílagos. Es una enfermedad degenerativa, y el desgaste de los cartílagos puede llegar a ser tan grave, que los huesos que separa comiencen a rozarse entre sí.

La artrosis en perros suelen afectar sobre todo a articulaciones como el codo, la cadera, la rodilla, la columna, etc. Pueden ser leves y no ocasionar demasiadas molestias al animal. O ser tan graves que el perro sufra dolores y no pueda moverse con comodidad. Por suerte, la artrosis en perros presenta diversos síntomas. Si se detectan a tiempo se puede llevar al animal al veterinario y tratarle para paliar sus síntomas y frenar su avance. Además, también se puede utilizar soportes o protectores articulares, para reforzar las articulaciones afectadas. Así podrá tener mejor calidad de vida.

Síntomas de la artrosis en perros

La artrosis no tiene una causa conocida concreta. En algunos casos puede originarse por un problema articular que ocasione un problema en la articulación. Por ejemplo, la displasia de cadera. También puede acentuarla el exceso de peso, por la carga de más que debe soportar. O algunos tratamientos médicos.

En cualquier caso, los síntomas que presente serán siempre los mismos. Eso sí, dependen de qué pata o cadera del perro esté afectada. Pero el que es común a todos ellos es que, de repente, el perro parece menos activo y se mueve menos. De correr ya, ni hablamos. Además, puede que incluso empiece a cojear levemente.

Es importante observar si esta cojera es más acentuada cuando se levanta después de estar un rato sentado. O tumbado. Y también si cojea más cuando hace más frío. Esto se debe a que, al igual que les pasa a los humanos, las bajas temperaturas no son buenas para la artrosis en perros.

Además de estos síntomas, también hay que observar si, aunque el perro no cojea, tiene dificultad para subir las escaleras. También puede tener dolores en la articulación, aunque esto es más complicado de detectar. Si es mucho, suele resistirse a andar. Cuando se da en las patas delanteras y el animal sabe dar la pata, puede ser un método para saber si tiene dolores. Si no quiere dar la pata, puede ser que le duela la articulación.

El perro también puede sufrir de cierta pérdida de tono y masa muscular. Y puede incluso tener falta de apetito, o aparecer como aletargado en ocasiones. Si la artrosis que tiene está bastante avanzada, puede que sus posturas se vuelvan más forzada. Se deberán a la rigidez de la extremidad afectada.

Otro de los síntomas de la artrosis en perros puede ser la inflamación de la pata afectada. Esto lo causará el roce entre los huesos, que afectará a los músculos cercanos, que sufrirán las consecuencias.

Si notas que tu perro presenta uno o varios de estos síntomas durante unos días, es aconsejable que lo lleves al veterinario. Así podrá examinarlo y diagnosticar si sufre artrosis o cualquier otra dolencia más leve.

Artrosis en perros: los tratamientos más adecuados para aliviarla

Los perros también pueden sufrir artrosis cuando se van haciendo mayores. Exactamente igual que los humanos. Esta enfermedad, producida por un desgaste en los cartílagos de las extremidades de los animales, les provoca bastante sufrimiento. Por suerte, la artrosis en perros puede tratarse.

Así, entre sus síntomas están los dolores, la cojera de la extremidad afectada o rigidez. También dificultad para moverse y subir escaleras. E incluso experimentar una pérdida de masa en los músculos, y una disminución anormal en su apetito.

Evidentemente, cuanto antes se detecten los síntomas de la artrosis en un perro, antes se le puede aplicar el tratamiento más adecuado. Como veremos a continuación, será distinto en función de su gravedad.

Artrosis en perros: los tratamientos más adecuados para aliviarla

Tratamiento para artrosis en perros

Lo primero que habrá que hacer ante un perro afectado por artrosis es varios cambios en su rutina. Todo con el objetivo de conseguir que el animal tenga los menores problemas y la mayor autonomía posible. Por ejemplo, si descansa habitualmente en una casa con varias plantas, cambiar su cojín para dormir a una planta en el que no tenga que subir escaleras.

También habrá que seguir inevitablemente las indicaciones del veterinario. Probablemente sugiera poner al perro un tratamiento a base de antiinflamatorios. Además, es probable que sugiera que el animal tome un compuesto con vitaminas y minerales, además de colágeno. Con este tipo de compuestos, lo que el veterinario pretende es que el cartílago frene su desgaste. También evitar que se deforme.

No obstante, no hay que dejar de lado el hecho de que la artrosis es una enfermedad degenerativa crónica. Hay que evitar en la medida de lo posible que el animal tenga dolores, para lo que se pueden tomar otras medidas. Entre ellas, vigilar su peso y evitar que engorde en exceso. También hay que procurar que en su alimentación haya muchos ácidos grasos. Esto favorece la elasticidad de las articulaciones.

También hay que procurar que el perro haga ejercicio ligero. Claro esta, adaptado a sus posibilidades. Por ejemplo, procurar que de paseos, pero evitar que corra. Por otra parte, dado que las temperaturas extremas no son adecuadas para la artrosis, hay que protegerle de ellas. Así, hay que evitar exponerlo tanto al frío extremo como al calor excesivo.

En casos muy graves de artrosis, los perros pueden precisar sustituir sus articulaciones afectadas por prótesis. Exactamente igual que lo que sucede en las personas mayores con enfermedades degenerativas propias de la edad. Pero eso únicamente es adecuado si la situación ya es muy grave. O si el veterinario así lo aconseja. Mientras, se les puede ayudar con tratamientos paliativos. O con protectores que les aporten estabilidad.

Cómo Manejar la Artrosis en Perros Mayores

La artrosis en perros mayores es una condición que afecta significativamente la calidad de vida de nuestras mascotas. Esta enfermedad degenerativa de las articulaciones puede causar dolor y reducir la movilidad, pero, con el manejo adecuado, es posible aliviar sus síntomas y mejorar el bienestar de nuestros amigos caninos.

Identificación Temprana: Reconocer los signos de artrosis es crucial. Si tu perro muestra reluctancia a moverse, rigidez al levantarse, o disminución en su actividad, es momento de consultar al veterinario.

Tratamientos Disponibles: Existen diversas opciones para manejar la artrosis, incluyendo medicamentos antiinflamatorios, suplementos para las articulaciones, y terapias físicas. Un enfoque integral es a menudo el más efectivo.

Cambios en el Hogar: Pequeñas modificaciones en el hogar pueden hacer una gran diferencia. Proporciona una cama cómoda, evita que tu perro salte a alturas y considera el uso de rampas si es necesario.

Importancia de la Dieta y el Ejercicio: Mantener un peso saludable es esencial para reducir la carga en las articulaciones afectadas. Ejercicios de bajo impacto como caminatas cortas pueden ayudar a mantener la movilidad sin sobrecargar las articulaciones.

Protectores para las extremidades afectadas por artrosis

En caso de que la artrosis provoque bastantes molestias al perro, conviene proteger las extremidades que tenga afectadas. Para ello se pueden utilizar protectores adecuados tanto al animal como a la enfermedad.

Por ejemplo, los protectores de rodilla para perro. O, si el animal ya es muy mayor y sufre artrosis de cadera avanzada, una silla de ruedas puede ayudarle a conservar la movilidad. Incluso un arnés adecuado, con el que los perros con problemas de  movilidad en las patas traseras pueden conseguir más estabilidad.

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